Clarín - Rural

De la pizza, al asado

Marco Favini es italiano y dejó su país para instalarse en Tres Arroyos, en el sur bonaerense, la ciudad de su esposa argentina. Allí, se convirtió en un productor referente, con una enorme variedad de cultivos y hasta ciclo completo ganadero para la expo

- Pablo Losada plosada@clarin.com

Con una mentalidad productiva diversific­ada, un gran espíritu trabajador y con objetivos claros, Marco Favini se convirtió, en tan solo pocos años, en un productor referente en Tres Arroyos, en el sur de la provincia de Buenos Aires.

Pero Favini es italiano, de la ciudad de Padova, en el nordeste de Italia. Desde allí llegó a la Argentina en el año 1993, motivado por Lisbet Groenenber­g, su esposa argentina, que es de Tres Arroyos, para comprar la estancia La Aurora, de 1.100 hectáreas, que tenía como antiguos propietari­os a una familia también italiana que la había comprado en 1925. Luego siguieron otras compras de campo de menor escala en 1996, en el 1999 y su crecimient­o continuó a base de arrendamie­ntos. Hasta Tres Arroyos llegó Clarín

Rural para ver todo el planteo de este productor, en el que la tecnología tiene un rol clave.

Con La Aurora, Favini tuvo su primer vínculo con la producción agropecuar­ia. Hasta entonces, todo su trabajo en Italia había estado relacionad­o con la industria del papel. Se dedicada a la comerciali­zación de este producto para grandes empresas europeas y su contrato con ellas terminaba en 1995. Pero mucho antes ya había tomado la decisión de comprar campo en Argentina para retirarse aquí.

“Los primeros años, después de la compra, arrendé La Aurora, hasta finalizar mis contratos de trabajo en Italia. A partir de 1997, y por diez años, mientras también me encargaba de un negocio familiar asociado al papel allá, viajaba tres veces por año aquí para controlar la gestión del campo que ya manejábamo­s nosotros”, cuenta Favini, en un perfecto español. Así, luego de idas y vueltas, se radicó definitiva­mente en la Argentina en el 2007.

Actualment­e, la empresa es una firma agrícola-ganadera, con ciclo completo, que trabaja 3.400 hectáreas, entre campos propios y alquilados, aunque para Favini La Aurora no es solamente su campo, sino que es también su casa, donde vive. Por eso, decidió embellecer­lo y contrató a una empresa de paisajismo para implantar distintas especies de árboles. Ya lleva plantados unos 2.500 en todo el establecim­iento, entre pinos, fresnos y olmos.

Estos montes se mezclan con un 30% de la superficie dedicada a especialid­ades: trigo candeal bajo contrato con Molinos Río de la Plata, avena para desayuno que vende a Quaker, alpiste, cebada y colza, entre los cultivos de invierno. En el verano, las rotaciones siguen con soja, girasol confitero y maíz para embolsado de grano húmedo, ya que, además, en este campo hay 1.500 novillos para engordar, que se terminan a pasto y con suplementa­ción estratégic­a.

Yendo hacia el paraje El Carretero, a 30 kilómetros al sudeste de Tres Arroyos (en dirección a la ciudad de Necochea) está el campo familiar de Lisbet, la esposa de Favina, que es totalmente agrícola. Allí, debido a que hay suelos más profundos que los de La Aurora, por la ubicación de la tosca en el perfil, la empresa siembra dos tercios de la superficie con cultivos de granos gruesos y el resto con grano fino. Se hace maíz, soja, girasol confitero y convencion­al, en verano, más trigo pan y candeal en el invierno. Por último, la superficie se completa con 1.000 hectáreas arrendadas en la localidad de Claudio Molina, hacia el norte de Tres Arroyos, donde tienen 1.000 vacas de cría.

Como parte de la visión estratégic­a de Favini, en La Aurora hay una planta de silo para el almacenaje de 6.200 toneladas y, a excepción de la cosecha, todas las labores se hacen con maquinaria propia.

El productor cuenta que toda la experienci­a comercial que traía de la industria del papel le sirvió para manejar la producción agropecuar­ia con similares criterios: presu-

puestando, con un control estricto de la planificac­ión de la empresa y dándole mucha importanci­a al aspecto comercial, ya que se opera con mercados de futuro y cobertura de riesgo e intentando integrar cada vez más la agricultur­a con la ganadería.

“En realidad, los detalles del manejo agropecuar­io no los voy a aprender nunca, pero lo que sí me ayudó para la gestión fue mi conocimien­to para evaluar resultados y determinar cuáles son los puntos fuertes y los débiles del planteo. Y, además, fue fundamenta­l rodearme de un buen grupo de técnicos para todos esos aspectos que yo no conocía”, explica.

Está claro que para él una de las claves está en su equipo de trabajo, que está conformado por un técnico para la parte agrícola, otro para la producción de forraje y un veterinari­o que se encarga de la nutrición animal, “ya que al producir novillos pesados de 500/530 kilos, engordados a pasto y suplementa­ción estratégic­a, y con destino exportador, hay que manejar muy bien la dieta para la alta calidad del animal terminado”, dice Favini.

Otro de los aspectos centrales es la tecnología: “Invertimos mucho en los cultivos, tal vez unos 100 dólares más que los campos promedios de la zona, porque tenemos un manejo muy intensivo, con mucha fertilizac­ión, con barbechos limpios, con campos con buena disponibil­idad de fósforo y, por todo eso, tenemos muy buenos rindes también”, comenta el productor. Y luego resume: “En trigo, los rindes promedio están entre 60/ 70 qq/ ha, igual que en cebada; 50-60 qq/ha de trigo candeal; de 11 a 12 tn/ha de maíz; 30-35 qq/ha de girasol y 35/40 de soja. Todo gracias a la intensific­ación y siempre y cuando llueva, por supuesto” (Ver Ensayos...).

Entre La Aurora y el campo de El Carretero hay un gran crisol de cultivos, compuesto por 400 hectáreas de trigo candeal, 100 has de trigo pan, 80 de cebada, 100 de alpiste, 100 de colza y 170 de avena. Por su parte, se sembraron 200 hectáreas de girasol confitero, 50 de girasol convencion­al y se van a sembrar 200 de maíz tardío, además de 240 de maíz para la confección de silo grano húmedo, 500 de soja de primera y entre 800-900 de soja de segunda. También hay 150 has de pastura plurianual, 40 en las que se sembrará un verdeo de verano y 200 en las que hubo un verdeo de invierno (avena más vicia).

Haciendo pie con mucha tecnología, diversific­ación de cultivos y con metas de trabajo claras, Favini pudo dar el salto en cantidad y calidad. Con pasión italiana en un corazón también argentino.

 ??  ?? Se viene el agua. Favini con su esposa Lisbet, junto a un lote de novillos en terminació­n. Compró el campo en 1993 y en el 2007 dejó su país y se instaló allí.
Se viene el agua. Favini con su esposa Lisbet, junto a un lote de novillos en terminació­n. Compró el campo en 1993 y en el 2007 dejó su país y se instaló allí.
 ??  ?? De estreno. Los silos, recién inaugurado­s, almacenan 6.200 toneladas. Las bolsas también suman, rodeadas de avena.
De estreno. Los silos, recién inaugurado­s, almacenan 6.200 toneladas. Las bolsas también suman, rodeadas de avena.
 ??  ?? Especialid­ad. El alpiste se vende a un empresa que lo comerciali­za para aves.
Especialid­ad. El alpiste se vende a un empresa que lo comerciali­za para aves.
 ??  ?? Pampa mía. Favini, en un lote de trigo candeal de su campo, la semana pasada.
Pampa mía. Favini, en un lote de trigo candeal de su campo, la semana pasada.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina