Los números no cierran
Un informe elaborado por la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas, en Mendoza, muestras que un productor típico de la zona debe producir el doble del promedio, o vender al doble de los precios actuales, para logar equilibrar costos e ingresos.
El aumento de los costos productivos es uno de los principales obstáculos que viene complicando a las diferentes economías regionales. Este incremento no se traduce en el precio final, cuando el productor tiene que salir a vender su mercadería.
En este sentido, un informe elaborado por el Observatorio de Economías Regionales de Acovi (la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas) lo deja bien explicíto en ese sector: detallaron que para cubrir los costos, el productor debería vender el vino al doble del precio actual o incrementar la producción al doble.
Para ir a dos ejemplos concretos, el informe detalla los valores de producción y el precio final que se le paga al productor del vino blanco escurrido y al de vino tinto genérico.
El trabajo tomó en consideración una finca de 15 hectáreas en la cual el productor es propietario de la tierra y de la maquinaria. Se tomó un período de un año, con un ciclo productivo que se extiende desde el mes junio hasta abril.
En el primer caso, el del vino blanco escurrido, los vitivinícolas en la actualidad tienen un rinde promedio de 200 qq/ha y el precio que se le paga al productor es de $ 1,99 por litro.
Así, el ingreso total por año de la finca considerada es de $ 295.200, lo que equivaldría a $ 24.600 por mes.
No obstante, en la actualidad el costo total para ese productor es, con amortizaciones, de $ 635.305, lo que significa $ 52.942 al mes. Esto genera una pérdida de $ 384.385 ($ 32.032 por mes), precisa el trabajo.
Ante este contexto, el informe señaló que para cubrir estos costos productivos, para este tipo de uvas, es necesario producir 431 quintales/ hectárea o vender el litro de vino a $ 4,29.
Y, en el caso de que granice, el vitivinícola necesita producir 507 quintales por hectárea o vender el litro de vino a $ 5,05 para cubrir los costos, con amortizaciones.
En este sentido, la mano de obra es el costo de mayor peso para el productor, significando un 52%, o sea la mitad de los gastos.
En detalle, el costo salarial representa cerca del 40% en el caso del vino blanco escurrido, y los aportes representan cerca de un 10% más.
Luego, el segundo costo más grande que deben afrontar los productores es el de mecanización (gasoil y mantenimiento), que alcanza el 19%, seguido por los insumos, que representan el 17% del total. El flete es el 5% del costo total, al igual que la inversión en un equipo de riego.
El segundo ejemplo considerado en el informe es el del vino tinto genérico. Según detalla, en la actualidad un productor tiene un rendimiento promedio de 150 qq/ha y el precio que se le paga es de $ 2,53 por litro.
El ingreso total de la finca considerada, para este tipo de uvas, es de $ 280.573, o sea $ 23.381 mensuales.
Sin embargo, el productor vitivinícola tiene un costo total, con amortizaciones, de $ 592.447, lo que significa $ 49.371 al mes. Esto trae una pérdida anual de $ 353.960 o una pérdida mensual de $ 29.497.
En este contexto, el productor, para cubrir estos costos, debe producir 317 quintales por hectárea o vender el litro de vino a $ 5,34. Y si llega a granizar, debe producir 373 quintales por hectárea o vender el litro de vino a $ 6,28, según detallaron desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas.
También, en esta variedad de uvas, la mano de obra representa el costo mayor, un 51% (40% de los costos salariales y cerca de un 10% son los aportes).
Luego, los costos de mecanización representan el 20% del total y el de insumos, en este caso, alcanza el 18%. El flete, por su parte, representa el 4% de los costos totales. Los números, está claro, no cierran.