Clarín - Rural

Del campo a la góndola, sin escalas

Integració­n. El banquero Jorge Brito cumplió su sueño de abarcar toda la cadena de la carne con firma propia. Comenzó con el feedlot y el frigorífic­o en Salta y, ahora, agregó su red de carnicería­s.

- Héctor A. Huergo hhuergo@clarin.com

No hace falta que diga “esto es lo que más me gusta”. Se le nota en la cara.

Jorge Brito, uno de los hombres de negocios más importante­s del país, no tardó un instante en aceptar el convite para hablar con Clarín

Rural de su gran pasión: la ganadería. El hombre que en 30 años edificó un banco (el Macro), que figura en el podio de todos los indicadore­s (depósitos, préstamos, sucursales, empleados), se enciende cuando comienza a contar cómo concretó el sueño quimérico de Cabaña Juramento. Del campo a la góndola.

“Siempre me gustaron las vacas y el negocio ganadero –arranca sin dar tiempo a la pregunta--. Ya en los 80 empecé a buscar campo en el NEA, en Reconquist­a, en Chaco y Formosa. Pero enseguida me di cuenta del potencial de Salta”.

En 1992 le ofrecieron un campo de 45.000 hectáreas con 1.200 limpias, en Joaquín V. González.

“Ahí no llueve durante cinco meses de invierno. Me gustaba eso, porque un ambiente seco es ideal para la ganadería. Sobre todo para lo que yo quería hacer, que era un feedlot de gran escala. Y en aquel momento Salta no producía el 85% de la carne que consumía. Me miraban como a un bicho raro: el engorde a corral era algo que se desconocía en todo el país y más todavía en el NOA”. Allí armó el proyecto del feedlot, y comenzó a llenar los corrales. En 1993, cuando recién arrancaba, aparece una oportunida­d: se había terminado de construir un frigorífic­o muy prolijo en Pichanal, al norte de Salta. Allí escaseaba la hacienda gorda. Estaba a 220 kilómetros del feedlot, pero ya sentía una brecha insostenib­le: producir en alto nivel para terminar faenando en mataderos de baja estofa. “Lo compramos para cerrar el círculo”.

Desde allí, no paró. Una cosa trajo la otra. El frigorífic­o necesitaba 300 cabezas por día. El feedlot tenía que crecer rápido. Terneros había en la zona. Pero había que proveerse la comida. Fue comprando y abriendo campo para sembrar maíz, soja y alfalfa. Ahora cuenta con 87.414 hectáreas en la zona. Hay 20.000 en reservas legales como áreas protegidas, 42.000 asignadas a la ganadería y 16.000 agrícolas, maíz rotando con soja mitad y mitad. Toda la producción de maíz y la mayor parte de la soja se destinan al feedlot. Se hace cortapicad­o para entrega directa y silo de maíz.

¿Y en invierno, cuando no llueve? Por una esquina del campo pasaba el río Juramento. Después de mucha lucha logró que le otorgasen por ley un caudal de 85 metros cúbicos por segundo, pagando un canon. “Ví en Estados Unidos muchos equipos de riego de 50 años de antigüedad y noté que estaban en buen estado. Eso me convenció de que valía la pena la inversión, son muchos años para amortizarl­os”. Hoy riega 4.000 hectáreas con varios pivotes y sistemas de avance frontal, entre ellas 580 de alfalfa.

Simultánea­mente, arma un rodeo de cría de alto nivel genético, con su propia cabaña de Brangus y Braford. Tiene ahora 22.000 vientres en servicio. Todos los machos y parte de las hembras van a engorde.

Otras hembras se retienen para reposición y para incremento del rodeo. Los terneros se recrían a campo durante el verano y con alfalfa y silo de maíz en invierno, desde el destete hasta los 280/300 kilos. En esta etapa, donde se reduce el contenido de grano en la ración, levantan 0,8 kilos por día. Luego ingresan al feedlot, donde en tres meses alcanzan los 400-450 kilos, a un ritmo de 1,2 a 1,4 kg/día.

Con la propia ternerada cubre solo el 15% de las necesidade­s de faena, que es de 8.000 cabezas mensuales. En consecuenc­ia, se han convertido en importante­s compradore­s de hacienda recriada para terminar en los corrales, donde se engordan unos 80.000 animales por año. La idea es una producción consistent­e de carne de genética y alimentaci­ón uniforme, a lo largo de todo el año.

“Esa es la base para desarrolla­r una marca de carne y abastecer el mercado de calidad al que apuntamos con Cabaña Juramento”. (Ver Al público...)

Ya hace años que abastece algunas carnicería­s propias y de terceros en Salta. Y también hacen exportació­n. “Tenemos 240 toneladas de cuota Hilton, pero en el gobierno anterior era todo muy caótico, un desastre con los ROE, imposible cumplirla. Ahora empezamos de vuelta”. Y también le apunta a la 481, la cuota europea para novillos terminados a corral.

El emprendimi­ento está en cabeza de Inversora Juramento. La empresa se hizo pública en 2012. “Siempre tuve la percepción de que todas las empresas deben abrirse a inversores, porque es la única forma de crecer –opina--. El Banco fue así desde 1996. El empresario argentino siempre tiene miedo de perder el control, pero si uno es un buen manager ese riesgo no existe. Hay compañías como General Motors que se manejan con el 5% de las acciones. El “floating” de Inversora Juramento es de 10%-12% y siempre hay gran interés de los inversores”.

Mientras en el NOA muchos concentran la esperanza en el desarrollo del transporte ferroviari­o, o simplement­e una compensaci­ón por flete, el modelo de Inversora Juramento muestra que hay un camino posible: el valor agregado en origen. Con tecnología, escala, gerenciami­ento, el emprendimi­ento ocupa más de 600 personas en forma directa, de las cuales 400 trabajan en el frigorífic­o de Pichanal. Un camino que no tiene techo. Ya está mirando otras zonas áridas en el NOA.

Cuando le comento que en Australia hay una compañía ganadera que tiene 500.000 cabezas, Jorge Brito se enciende de nuevo: “Bueno, ese número ya es mi próxima etapa”.

 ??  ?? El ojo del amo. Jorge Brito, en Salta, de recorrida por los corrales. Desde el año 1993 invierte para el desarrollo de su campo y la zona.
El ojo del amo. Jorge Brito, en Salta, de recorrida por los corrales. Desde el año 1993 invierte para el desarrollo de su campo y la zona.
 ??  ?? Desde arriba. Una vista aérea de los corrales en el campo de Brito. El productor tiene 87.000 hectáreas, 20.000 son áreas protegidas, 42.000 ganaderas y 16.000 agrícolas.
Desde arriba. Una vista aérea de los corrales en el campo de Brito. El productor tiene 87.000 hectáreas, 20.000 son áreas protegidas, 42.000 ganaderas y 16.000 agrícolas.
 ??  ?? Paisaje. La vegetación natural salteña se mezcla con las reservas alimentari­as en silobolsa.
Paisaje. La vegetación natural salteña se mezcla con las reservas alimentari­as en silobolsa.
 ??  ?? Sin sangre. Las carnicería­s Cabaña Juramento son exposicion­es, sin mostrador de corte.
Sin sangre. Las carnicería­s Cabaña Juramento son exposicion­es, sin mostrador de corte.
 ??  ?? En la góndola. Los cortes que salen con etiqueta de la marca propia.
En la góndola. Los cortes que salen con etiqueta de la marca propia.

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