Otro Papa peregrino

En su segundo año de papado, Francisco salió a “competirle” a Juan Pablo II en su calificativo de “Papa viajero” o “Papa peregrino”. En efecto, en los últimos doce meses el pontífice argentino realizó varios viajes, algunos a países muy distantes del Vaticano. Los periplos comenzaron a fines de mayo con su viaje a Tierra Santa, que incluyó Jordania, Palestina e Israel para confortar a los fieles católicos, avanzar en el ecumenismo con los ortodoxos y llamar a la paz. En agosto se desplazó a Corea para encontrarse con la pujante comunidad católica y evidenciar su preocupación por la evangelización de Asia. En su viaje, se convirtió en el primer pontífice en sobrevolar el espacio aéreo chino. Tras una breve visita a Albania -un país ejemplo de interreligiosidad- en octubre, fue a Turquía en noviembre para estrechar lazos con el patriarca de Constantinopla y con el Islam. Llevó a pensar en extender el viaje a un campo de refugiados en Irak, pero las malas condiciones de seguridad se lo impidieron. No pasó medio año que, en enero, el Papa volvió a emprender un viaje a Asia: fue a Sri Lanka y Filipinas, este último el país más católico de Asia, donde congregó en la misa final a seis millones de personas. Para este año está previsto, en junio, su visita a Sarajevo; en julio, a Bolivia, paraguay y Ecuador, y en setiembre a los Estados Unidos. También se dice que antes de fin de año irá a algún país de África. Todo indica -como el mismo Francisco lo acaba de estimar- que en el segundo semestre de 2016 visitará la Argentina.