Idas y vueltas de la relación con Maduro, tras la sintonía con los K
En el debate presidencial del 15 de noviembre del año pasado, es decir una semana exacta antes del balotaje en el que derrotaría a Daniel Scioli, Mauricio Macri emplazó a su rival peronista: “Yo estoy comprometido y voy a pedir, dados los abusos que han habido en Venezuela, los presos políticos que hay y la participación de militares en el Gobierno, que se ejerza la cláusula democrática suspendiendo a Venezuela... ¿Qué vas a hacer vos?”.
El candidato de Cambiemos aún no había asumido, siquiera había ganado las elecciones, pero con sus declaraciones ya preanunciaba el tono de la relación de Mauricio Ma- cri con el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Siempre al borde de la crisis diplomática, la relación en estos 10 meses de gestión de la administración macrista con Venezuela tuvo, eso sí, varias idas y vueltas. Como telón de fondo, siempre estuvo latente la sombra de la aplicación de la cláusula de remoción democrática, que prevé la posibilidad de suspensión en el bloque regional de un país miembro del Mercosur.
Durante el kirchnerismo la relación con Venezuela era clave. Se compartieron negocios y alianzas regionales. Existía una sintonía total, ideológia y política. Con Macri todo cambió.
El síntoma del giro de 180 grados en la relación de la Argentina con el chavismo ocurrió cuando Macri, ya como Presidente, pidió públicamente por la liberación de los presos políticos en Venezuela.
Fue en una cumbre del Mercosur de diciembre del año pasado, en Paraguay. Allí, Macri planteó: “Quiero pedir expresamente aquí, delante de todos los presidentes, por la pronta liberación de los presos políticos en Venezuela. En los estados parte del Mercosur no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas ni la previsión ilegítima de la libertad por pensar distinto”.
Posteriormente, la canciller Susana Malcorra pasó a encargarse de la estrategia y a bajar la presión en la relación con Venezuela.
En junio pasado y a raíz de pedidos de aplicación de la Carta Democrática de la OEA para el caso de Venezuela, cuestión que podría derivar en la suspensión del país caribeño de la organización hemisférica, la ministra argentina se diferenció y planteó la necesidad de diálogo entre el oficialismo y la oposición venezolanas. Pero ahora, con la cancelación del referendo revocatorio del mandato del presidente Maduro, el presidente argentino volvió a endurecer su posición.
En línea con lo que planteaba en el balotaje, en la conferencia que ayer ofreció con Tabaré Vázquez, Macri sostuvo: “En estos términos Venezuela no puede ser parte del Mercosur”. Y cerró con la advertencia de que están “las condicionas dadas para ejercer la clausula democrática”.