Clarín

El brillo de París se mimetiza con el polvo de ladrillo de Roland Garros

Del Potro y ocho compatriot­as se preparan para debutar en el torneo que arrancará mañana.

- PARÍS, FRANCIA. ENVIADO ESPECIAL Mariano Ryan mryan@clarin.com

París resplandec­e con un sol de primavera que, en realidad, casi se parece al de cualquier verano. París se ilumina con el verde de las hojas de los árboles, con el brillo del agua de un río Sena que serpentea a lo largo de sus barrios, de sus monumentos y de sus parques, pero también a través de su historia. París es luz aun

que sea de día. Y París, a esta altura del año, también es polvo de ladrillo, sudor, esfuerzo y coraje. Porque París, entre fines de mayo y principios de junio, es Roland Garros. Y en definitiva París, como siempre desde la primera edición del torneo, disputada en 1891, es tenis en el Bois de Boulogne. Sólo tenis.

Entrar al complejo que la Federación Francesa de Tenis tiene en esta zona del oeste de las afueras de la capital francesa, del otro lado de la “pe

ripherie”, el boulevard de 35 kilómetros que la rodea en su totalidad, es tener la posibilida­d de empezar a vivir en un mundo fascinante. Porque ya hay “lío” en los pasillos con tenistas sufridos que buscan su lugar en el cuadro principal; con tenistas elegidos que ya se metieron en ese selecto lote de 256 jugadores y que se entrenan entre ellos a la vista de miles de curiosos; y con tenistas estrella que

también pelotean, aunque en las canchas principale­s, y, entre otras obligacion­es, deben atender sus compromiso­s con los periodista­s.

Sucedió ayer con Djokovic, Thiem, Muguruza, Konta, Nadal, Cilic, Kvitova, Halep, Kerber, Murray, Pliskova y Mladenovic. Todos tuvieron la chance de hablar. Y todos hicieron declaracio­nes de rigor. Aunque sólo algunos (Murray, Djokovic, Nadal, Kerber y Muguruza, la campeona de 2016) alteraron un poco la todavía tranquilid­ad que muestra la prensa.

En el medio de toda esa actividad

hubo un sorteo que deparó distinta suerte para los nueve argentinos que se clasificar­on: Juan Martín Del Potro, Diego Schwartzma­n, Carlos Berlocq, Horacio Zeballos, Renzo Olivo, Nicolás Kicker, Guido Pella, Federico Delbonis y Marco Trungellit­i.

Por supuesto que toda la atención estará puesto en Del Potro y en su regreso a Roland Garros después de

cinco años, cuando en 2012 perdió en los cuartos de final frente a Roger Federer, el gran ausente en esta edición. El tandilense debutará frente a Guido Pella, que consiguió pasar desde la clasificac­ión. A ningún argentino le gusta enfrentar a otro argentino, pero la diferencia de categoría entre Del Potro y el bahiense debería marcar la tendencia del partido que segurament­e se jugará el lunes. Un dato: ambos vienen del lado de Andy Murray, el número 1 del mundo, con el que podrían llegar a jugar en la tercera ronda. Otro dato: el británico viene mal, con cinco victorias y cuatro derrotas en la temporada de canchas lentas. Y un dato más: no puede haber panorama más complicado que Murray con ganas de revancha...

Ayer Del Potro se entrenó en doble turno. Al mediodía lo hizo con el español David Ferrer en la cancha 1 y por la tarde, con Schwartzma­n en la 13. Cuando en la sala de jugadores del Philippe Chatrier se le preguntó por las molestias en el hombro derecho y en la espalda, sólo dijo: “Estoy bien”. Y pareció minimizar esa situación que trajo desde Lyon y que pareció haberlo afectado sobre todo en el partido de los octavos de final que perdió frente al portugués Gastao Elias.

Con el resto de los compatriot­as habrá para todos los gustos. Desde Schwartzma­n, que atraviesa un muy buen momento y que se presentará ante el ruso Andrey Rublev, un muy buen proyecto de apenas 19 años que se mueve bien en polvo de ladrillo - lo entrena el español Fernando Vicente-, pero que está 117° en el ranking y no juega un cuadro principal de un ATP desde marzo, hasta Olivo, que debutará nada menos que ante el francés Jo-Wilfried Tsonga, el más querido por el público local, que ya ganó dos títulos en la temporada y que hoy jugará la final de Lyon.

Y en el medio hay una amplia gama de colores y texturas: Berlocq irá frente al ucraniano Alexandr Dolgopolov, Zeballos con el francés Adrian Mannarino, Kicker con el bosnio Damir Dzumhur, Delbonis con el ruso Konstantin Kravchuk y Trungellit­i con el francés Quentin Halys. Todos complicado­s aunque ninguno imposible para el resto de los argentinos que tendrán aquí una muy buena chance de mejorar su ranking (sobre todo Pella y Delbonis).

La mirada más amplia del cuadro recae en el sector inferior, por donde Djokovic y Nadal, el defensor del título y el nueve veces campeón aquí, respectiva­mente, podrían enfrentars­e en una hipotética semifinal.

Mañana comenzará la acción en París -entre los argentinos sólo jugarán el marplatens­e Zeballos y el santiagueñ­o Trungellit­i- y ya no habrá más tiempo de palabras. Será la hora del tenis. Sólo del tenis en París.

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Regreso. “Feliz de volver a jugar Roland Garros después de cinco años. Allez!!”, escribió Del Potro en Twitter.

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