Clarín

Dos hermanos en busca del espíritu de una curvatura

Eludiendo los clichés de la fusión, abordan tangos clásicos y composicio­nes propias con estilo y clase.

- Federico Monjeau fmonjeau@clarin.com

Inflexión, el flamante disco de los hermanos Lautaro (bandoneón, arreglos, dirección) y Emiliano Greco (piano, arreglos, dirección), combina tangos clásicos con composicio­nes propias. Ni en unos ni en otras el grupo intenta recrear escuelas o estilos de otras épocas, a pesar de que la formación instrument­al no podría ser más tradiciona­l: dos violines, dos bandoneone­s, chelo, contrabajo y piano. Lo completan César Rago, Bruno Cavallaro (violines), Nicolás Enrich (bandoneón), Carmen Rencar (chelo) y Pablo Motta (contrabajo).

La interpreta­ción de Los mareados podría ser un buen punto de partida para a describir el enfoque del septeto. La introducci­ón de los bandoneone­s constituye una pieza dentro de otra; no anticipa el tema, simplement­e lo prepara. Cuando entra la orquesta el tema aparece no completame­nte en primer plano, sino dentro de un conjunto muy cambiante. Luego el bandoneón y más tarde las cuerdas lo retomarán de un modo más lineal, pero sin machacarlo, sin frasearlo de la manera habitual, por momentos modificand­o sutilmente la armonía. De cierto modo, lo que se oye es un rodeo por el tema, y ésta es una tendencia generaliza­da en las interpreta­ciones del septeto.

Inflexión, el título del álbum, parece expresar el espíritu de una curvatura, de un ligero desplazami­ento. Pero no es un desplazami­ento por fuera de los límites estilístic­os del tango. No hay ningún tipo de fusión. La bellísima y fugaz brisa caribeña que aparece en el solo de piano de Corra

lera (Anselmo Aieta) es en ese senti- do una excepción, aunque también viene sugerida por la idea de una milonga tirada hacia el candombe; su electrizan­te ejecución es por cierto uno de los grandes momentos del disco. También hay algo rítmicamen­te formidable en La cachila, especialme­nte en el efecto de tracción (a sangre) final del bandoneón.

Las inflexione­s son rítmicas, armónicas, melódicas; a veces se internan en un suspensivo lirismo, como en Yo te bendigo: el comienzo de las cuerdas nos recuerda la extraordin­aria dimensión melódica de ese tango de Juan de Dios Filiberto, un aspecto que tantas versiones orquestale­s han sepultado a lo largo de la historia. En la ejecución de esta pieza hay una especie de polaridad: del lirismo extremo de la cuerda (que volverá sobre el último tercio de la pieza) a la forma rítmica orquestal, dos polos unidos por el piano en una fina transición.

El álbum comprende una composició­n en tres partes de Emiliano Greco, la Suite Almagro, que remeda un poco el esquema rápido-lento-rápido, con un inspirado episodio central ( Las tristezas y las calles) sobre un fondo de milonga campera. La selección cierra con Piazzolla: Introduc

ción Adiós Nonino y Adiós Nonino. Uno podría pensar (yo lo pensé): demasiado Adiós Nonino, pero no. Pequeño milagro. Tampoco en este caso se machaca sobre el tema. Es como si se lo tomase un poco a distancia; pero no la distancia fría, sino la de la imaginació­n.

 ??  ?? Piazzolla. El álbum cierra con una selección del genio marplatens­e.
Piazzolla. El álbum cierra con una selección del genio marplatens­e.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina