Clarín

Se mueve el mundo de las tarjetas de crédito y la economía electoral

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

El déficit comercial con Brasil llegó a US$ 5.286 millones hasta agosto y las importacio­nes brasileñas crecen al 30,8% anual.

En las próximas dos semanas se abrirá el juego para el cambio de manos de una compañía clave en materia financiera y del consumo de la Argentina. La Comisión de Defensa de la Competenci­a emitiría su dictamen respecto del plan de venta presentado por Prisma para cumplir con el cambio accionario al que lo intimó el Gobierno. Prisma, propiedad de 14 de los principale­s bancos que operan en la Argentina y de un décimo quinto accionista que es Visa Internacio­nal, maneja más del 60% de las operacione­s con tarjeta de crédito y débito y debe cambiar su estructura al considerar el Gobierno que detenta posición dominante en un mercado que venía operando con comisiones fijas y altas a los ojos de grandes operadores del mundo del consumo. Prisma, con valuación de entre US$ 1.500 y US$ 2.000 millones, podría ser vendida a uno o más accionista­s y constituir­ía el tercer paso del avance de un esquema de desregulac­ión que impulsa la Secretaría de Comercio. El primero fue el de llegar a un acuerdo para bajar las comisiones que la tarjeta le

cobra a los comercios. Esa baja fue de medio punto para este año en las correspond­ientes a crédito (ahora están en 2,5%) y de 0,3% para las de débito que quedaron en 1,2%. El esquema de baja termina en 2018 con las comisiones para ventas con crédito en 1,8% y las de débito en 0,8% y ahí quedarían fijas.

El segundo paso de desregulac­ión se dio en julio, cuando Visa Internacio­nal decidió abrir oficinas propias en Buenos Aires y avanzó con acuerdos directos con tres bancos (Ciudad, Industrial y Credicoop) para competir en forma directa en el mundo de

las ventas y pagos electrónic­os.

La presión sobre Prisma cuenta con el aplauso de los competidor­es y de las cadenas comerciale­s grandes, especialme­nte las de electrodom­ésticos que en estas semanas volvieron a sonreír con los datos de actividad correspond­ientes a agosto.

La venta de computador­es subió 57% respecto de agosto de 2016 y también tuvieron datos positivos la de tabletas (+50%), las de celulares libres (+12,%), las de cocinas y microondas (+27%) y la de heladeras que subió un 29%.

Sobre esos datos, el festejo en común es de las cadenas de electrodom­ésticos, los emisores de tarjetas de crédito y el Gobierno que sigue destacando la mejora del consumo en su esquema de “economía en modo electoral” que, a diferencia de otras veces, dicen los fun- cionarios, no terminará después de octubre.

En la Secretaría de Comercio sacan a relucir el dato de lo que sucedió con el precio y la venta de computador­as: los despachos en el acumulado del año crecieron 30% después de que se eliminaron los aranceles de importació­n y los precios tuvieron una baja en dólares del 29%. Y eso viene junto al rol que volvieron a jugar las importacio­nes.

La trepada de las importacio­nes se mantiene dentro de la regla tradiciona­l de las últimas décadas para la Argentina: cada punto de crecimient­o económico, tiene como correlato tres puntos de aumento de las importacio­nes.

A esa regla no escapa el resultado del balan-

ce comercial con Brasil, el principal socio comercial argentino que, si bien comenzó a recuperars­e, viene profundiza­ndo el superávit bilateral.

Dice un informe reservado del economista Dante Sica: "hay una evidencia en relación con la reactivaci­ón y, por cierto menos satisfacto­ria, es que el déficit comercial con Brasil se sigue ampliando y en agosto llegó a US$ 776 millones. Entre enero y agosto llega a US$5.286 millones. Las importacio­nes desde ese país suben a un ritmo de 30,8% anual".

Buena parte del aumento de las importacio­nes brasileñas está explicada por el repunte acá de la venta de autos que, en su mayoría, son modelos fabricados allá. Pero también por la entrada de maquinaria­s y equipos.

El Gobierno no está preocupado por la escalada de las importacio­nes con la excepción de lo que está ocurriendo en el rubro indu

mentaria donde la presión de los productos chinos se hace sentir con intensidad. En Comercio aseguran que no están detrás de una apertura indiscrimi­nada y que están conversand­o la situación de competenci­a de todos los sectores.

La inversión en obras públicas en forma intensiva, el aumento de las jubilacion­es, pensiones y para los beneficiar­ios de la Asignación Universal por Hijo,e impulso a los crédi

tos hipotecari­os indexados, los préstamos Argenta de la ANSeS, el dólar quieto y la falta de ajuste de las tarifas del transporte configurar­on un marco para la economía en modo electoral que, según la visión de los funcionari­os, dará frutos en octubre.

Ese edificio, en buena medida, se pudo levantar sobre las bases que otorga el financiami­ento externo para cubrir el déficit fiscal que traducido a la política permitió el esquema "gradualist­a" que ahora se reivindica dentro y fuera de la Casa Rosada. Ese esquema, a su vez, fue favorecido por el

"viento de cola" que vino del mundo financiero externo y que le permitió al Gobierno colocar bonos con fluidez para conseguir los dólares que permitiero­n el aumento de las reservas del Banco Central y aceitaron la economía electoral.

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