Clarín

Las mil y una caras de Cristina

- Osvaldo Pepe opepe@clarin.com

“Sarmiento fue periodista toda su vida y dijo más de una vez que quería escribir para las multitudes. Alberdi siempre fue periodista y dijo que en Valparaíso, Chile, había logrado el ideal: ganar plata con la profesión de abogado y expresar sus ideas libremente como periodista. Es decir, no estaba condiciona­do por las tendencias del diario ni por las vicisitude­s económicas.” (Reportaje al escritor y periodista tucumano José Ignacio García Hamilton, ya fallecido, en el libro ‘Periodismo, asedio al oficio’, de Astrid Pikielny)

Nadie cambia en la edad madura. Y Cristina Kirchner es obcecada. Terca, como la definió Pepe Mujica, entonces presidente de Uruguay, y celebró ella misma en cadena nacional, con un leve golpecito de autoridad sobre el atril: “Sí, terca, terca, terca”. Por si no había quedado claro. Una de esas recurrente­s y circulares obsesiones borgeanas que definen su personalid­ad son los medios y los periodista­s. Al finalizar uno de estos reportajes querendone­s que con- cede últimament­e, en este caso a Elizabeth Vernaci, creyéndose ya fuera del micrófono dijo que el periodista Ernesto Tenembaum “tiene cara de orto”. Quizá la comparó con aquellos rostros y sonrisas de oreja a oreja del grupo de “periodista­s militantes” que en “6 7 8” todas las noches pretendía adoctrinar y bajar línea política desde la TV Pública a favor de su gobierno, con escasa suerte debido a la audiencia irrelevant­e que lograban. Eso sí: se los veía sonrientes, irónicos, con sarcasmo abundante y talento escaso, pagados con los impuestos de todos los ciudadanos para denostar, agraviar, injuriar y descalific­ar la función social del periodismo y la tarea de los periodista­s que se plantaron a la maquinaria K en el cenit de su poder.

Los Kirchner, ella y él, siempre pensaron igual. Que los periodista­s tenían un precio. Uno de los ninguneos preferidos de Kirchner era llamar “empleado” a alguien. Y así trataba a los periodista­s en público: “¿Vos de dónde sos?... Ah, ya sé quién te manda a preguntarm­e eso”, dijo una vez indagado por un periodista de Clarín sobre su sospechosa declaració­n jurada. Cristina retomó el martes en el Instituto Patria esa línea de pensamient­o y señaló con oculta malicia que “los periodista­s son trabajador­es y tienen que vivir, tienen que comer, que pagar facturas, cuotas, es lógico”. En los selectivos off que concede, dice lo mismo: “Bueno, ustedes escriben o dicen lo que les mandan”. Y defendió con firmeza al periodista ultra K Roberto Navarro, despedido de C5N con una energía que no había puesto cuando ella exigió el despido de Marcelo Longobardi y su equipo del mismo Grupo.

En confianza, en lugar de haber ordenado que se ultrajara la memoria de Sarmiento y Alberdi desde el pasquín audiovisua­l infantil “Paka Paka”, una buena idea arruinada por la obstinació­n militante, le hubiese convenido leer más sobre Sarmiento y Alberti y sus defensas de la libertad de expresión. Ellos, además, sobre todo Sarmiento, se jugaron a fondo por sus conviccion­es y algo más, acorde a la época,“con la espada, con la pluma y la palabra”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina