Un cóctel de audacia y originalidad
En su nuevo álbum, el contrabajista construye su discurso tanguero sobre una arquitectura moderna del género.
Tangos de la posverdad. Intérprete: Juan Pablo Navarro sexteto.
Género: Tango Sello: Club del Disco
El compositor y contrabajista Juan Pablo Navarro es una de las expresiones más sólidas del Nuevo Tango. Parte y referente de una generación de músicos que llevó al género por una travesía de creativa vitalidad: ensambles originales, instrumentistas de sólida técnica y una necesaria audacia en las composiciones jugaron claramente a favor de este resurgimiento del género.
En su trabajo reúne un profundo conocimiento de la tradición que, lejos de cristalizarlo, le permite desarrollar su propia energía creativa. Su nuevo álbum es un ejemplo elocuente de su talento, con melodías de una arquitectura moderna y alejado de todo efectismo. Su música es Buenos Aires Siglo XXI, con sus contradicciones, su historia y su presente.
Este tercer disco de Navarro, que presentará el viernes 21 de septiembre en Vinilo, tiene un tono conceptual y una evidente versatilidad para desarrollar desde un ensamble tímbrico poco común una mirada propia claramente influida por un espíritu de renovación. En sus composiciones se percibe un interesante desarrollo de los arreglos, en los que los dúos de clarinete y violín o bandoneón y guitarra, por ejemplo, sorprenden por su fresco melodismo.
A los clásicos; uno de antes, como Volver, de Gardel, o No soy un extraño, de Charly García, el contrabajista les da un nuevo ropaje con su sólida capacidad para edificar sonoridades emparentadas con la música ciudadana contemporánea.
El disco abre con Tacleatta Nro 1 y Vuelo truncatus orbem, dos composiciones que señalan el camino que recorre Navarro como uno los gurúes del tango instrumental. Un canto gregoriano introduce Cínico, una composición audaz que tiene al violín como una de las voces principales, aunque no la única, ya que construye mundos sonoros en los que el bandoneón y el clarinete bajo asumen momentos de protagonismo respaldado por un grupo contundente.
Y así fue tiene un tono decididamente dramático. El piano resume en su melodía el carácter de la composición que profundizará el fraseo del violín. El juego de tensiones, uno de los aspectos que desarrolla con solvencia, nos sumerge en un mundo de una palpable emocionalidad; la melancolía del violín por sobre un clima de piano y guitarra que parece reconocer en su insistencia la necesidad de la templanza.
La versión de Volver es un ejemplo de los recursos de Navarro como arreglista. Construye sobre su línea melódica un clima de música ciudadana, sin que pierda los contornos el motivo original, esencia de esta obra de arte. El grupo frasea con una libertad que revitaliza la composición, y utiliza el ensamble para enriquecer los matices y darle esa necesaria actualidad para alejarla de la sensación de estar visitando a un anticuario. ■