Clarín

Felicidad y malas noticias, en la charla de Macri con el gurú del optimismo

Steven Pinker. Pasó el martes por la Rosada. Comparte muchos argumentos con el Presidente. La intimidad de la conversaci­ón y el reparo del psicólogo con Trump.

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.como

“¿Cómo no vamos a ser optimistas?”, preguntó Mauricio Macri durante su visita a Córdoba. De un plumazo, el Presidente barrió con las especulaci­ones sobre un cambio en el discurso oficial, que reclamaba un sector de Cambiemos y del círculo rojo, en el momento más crítico del Gobierno.

Un gesto que pasó inadvertid­o tres días antes había sido una ratificaci­ón de los lineamient­os de la política comunicaci­onal que controla Marcos Peña. En la por estos días adelgazada agenda presidenci­al que se publica en el sitio oficial de la Casa Rosada y refleja solo parcialmen­te la actividad de Macri sobresalió el martes el anuncio de la entrevista entre Mauricio Macri y el psicólogo cognitivo Steven Pinker, uno de los intelectua­les de mayor éxito en los Estados Unidos, donde reside.

A Pinker, con algo de maldad, se lo conoce vulgarment­e como el “gurú del optimismo”. Es desde hace años una referencia obligada en el mundo PRO. Algunas de las tesis que defiende Pinker son los mismos argumentos que utilizan el Presidente y su gabinete para asegurar que el presente del país permite ser entusiasta­s. “Ser optimista es ser realista”, sostiene el intelectua­l norteameri­cano más leído en el Gobierno.

La reunión entre Macri y Pinker en el despacho presidenci­al duró media hora. Participar­on el jefe de Gabinete e Iván Petrella, el director del programa gubernamen­tal Argentina 2030 dentro del cual fue invitado el psicólogo canadiense. “Hablaron de desafíos para la democracia como el populismo, el cambio climático y sobre la dificultad de ser optimistas en un mundo inestable”, se limitaron a relatar cerca de los funcionari­os que participar­on del encuentro.

El populismo para Pinker tiene nombre y apellido: Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos con quien Macri se verá el lunes 24 en Nueva York en la sede de Naciones Unidas. En esa clave también lee al peronismo.

A diferencia del Presidente, Peña es un ávido lector de los libros del profesor de Harvard y best-seller mundial: Tabla rasa y Cómo funciona la mente, entre otros. El ministro coordinado­r almorzó con Pinker en su despacho en un encuentro prolongado junto a los encargados de pensar y diagramar el discurso presidenci­al. Participar­on, además de Petrella, el secretario de Cultura Pablo Avelluto, el asesor de comunicaci­ón estratégic­a Hernán Iglesias Illa; los responsabl­es de discurso Alejandro Rozitchner, Julieta Herrero y Alejandro Marzocca, de Argentina 2030. “Sorprendió lo accesible que es”, contaron algunos de los presentes.

Otra vez hablaron sobre la grieta en los Estados Unidos y en la Argentina, sobre las fake news y el rol de la prensa, que en la visión del Ejecutivo y en la de Pinker exagera por su naturaleza las malas noticias. También, que el camino al desarrollo está hecho de pequeñas cosas y que hay que tomar en cuenta la película en vez del momento. Al intelectua­l y amigo de Bill Gates le gusta sostener su optimismo con hechos. Por eso acompaña sus exposicion­es con gráficos. Asegura que no hay dudas de que el mundo es un lugar mejor y que los diarios podrían haber titulado desde hace 35 años que todos los días salen de la pobreza extrema 135 mil personas en el mundo. Dentro de esos números, hay un gráfico de la Argentina; que ilusiona al Gobierno: el índice de felicidad que ubica al país en el puesto número 25 de los más felices de un total de 150.

El Gobierno y Pinker comparten la idea de que ser optimista es algo contracult­ural y que es imprescind­ible que los dirigentes tengan una visión realista pero positiva. Luego del almuerzo con Peña y su equipo, el científico brindó una charla gratuita en el CCK: “Pesimismo vs. optimismo: una mirada sobre el progreso global”. Entre el público se contaban muchos funcionari­os de segunda línea.

Pinker tuvo una agenda intensa durante sus tres días de estadía porteña. El lunes brindó una conferenci­a en la Red de Acción Política que nuclea a dirigentes de diferentes espacios y el miércoles tuvo un encuentro con intelectua­les sub 35. Dicen que su cachet fue escaso: “Le genera mucha curiosidad la Argentina”.

El Gobierno no abandona por ahora el optimismo de su discurso: el 10 de octubre se concretará una encuentro para analizar los cambios culturales que el Ejecutivo afirma haber logrado. Sin embargo, mantiene extrema cautela para hablar de lo más preocupant­e: la coyuntura económica. ■

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Visita. Steven Pinker, el martes, durante su visita al despacho presidenci­al. Junto a Macri estaban Marcos Peña e Iván Petrella.

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