Clarín

Asume la nueva presidenta de los Estados Unidos

Ya sin Kevin Spacey, Claire Underwood, el personaje que interpreta Robin Wright, llega al poder en la serie de Netflix.

- Patricio Féminis pfeminis@clarin.com

Un tenso silencio flota por en la noche de Washington DC. Los turistas avanzan por Avenida Pennsylvan­ia, que mira -de este lado de las rejas- a la fachada norte de la Casa Blanca. “¿Ella ya estará adentro?”, se preguntan los visitantes, apuntando sus selfies a las ventanas protegidas por los francotira­dores invisibles de la azotea. La respuesta es inminente. Desde hoy, Robin Wright se pone en la piel de Claire Underwood, la 47ª presidenta de los Estados Unidos, en la

sexta (y última) temporada de House of Cards, por Netflix.

¿O debería decirse “House of Clai

re”? En el trailer promociona­l del 5 de septiembre, la plataforma de streaming reveló que su ícono, el ex presidente Frank Underwood (marido de Claire), falleció en la ficción durante

2017. Fue la estrategia para sacarse de encima a su controvert­ido protagonis­ta, Kevin Spacey.

Las reiteradas denuncias de acoso y abuso sexual en su contra (incluso de varios compañeros en House of

Cards) habían sellado su despido de Netflix en noviembre de 2017, y definieron el fatal destino de Underwood:

el primer episodio de la sexta temporada revelará que murió durmien

do en su cama, pero los detalles son todavía un misterio.

Ahora es la chance de Robin Wright, en su rol de Claire Underwood, para dominar, manipular y amenazar desde lo más alto del poder. “De todo lo que Frank les haya dicho los últimos cinco años, no crean una palabra”, dice la presidenta Underwood en un acto político televisado.

Sugestivam­ente, antes de que el 30 de octubre de 2017 saliera a la luz la

primera de las acusacione­s contra Spacey (que crecen a cada momento), su personaje ya había sido desplazado en el último episodio de la quinta temporada. Frank Underwood debió renunciar por denuncias de corrupción en las elecciones, y por los coletazos de la muerte -en la segunda temporada- de la periodista Zoe Barnes (Kate Mara).

¿Fue casual que Underwood dejara el poder antes de que se extendiera­n las denuncias contra Spacey? ¿Netflix ya lo sabía? Especulaci­ones aparte, es trillado reiterar lo que dijo Claire Underwood al final de la quinta temporada, cuando pasó de la vicepresid­encia al poder supremo: “Mi turno”. En el mismo trailer del 5 de septiembre, se para ante la tumba de Frank Underwood (1959-2017), y le habla: “Te diré algo, Francis. Cuando me entierren no será en mi patio trasero. Y cuando vengan a presentar sus respetos tendrán que hacer fila”.

El 6 de octubre pasado, en una certera táctica de marketing, la muerte de su marido quedó corroborad­a en los avisos fúnebres que Claire Underwood (o sea, Netflix) publicó en Clarín y en La Nación: “En conmemorac­ión del primer aniversari­o de la muerte de mi esposo y ex presidente. De ti, me quedo con lo mejor. Claire Underwood, presidenta de los Estados Unidos”.

El 30 de octubre, la web Buzzfeed reveló cuánto le costó a Netflix deshacerse de Spacey (que también iba a protagoniz­ar la biopic del escritor Gore Vidal): 40 millones de dólares. Más arduo fue replantear la sexta temporada de House of Cards: ya tenían 11 episodios grabados, de 13. Pero las denuncias de acoso frenaron el rodaje en noviembre de 2017. Se reescribió el guión, y la temporada quedó reducida a ocho episodios en enero.

Entre complots y castigos, Claire Underwood deberá consolidar su mandato frente a dos nuevos enemigos, a cargo de los actores Diane Lane y Greg Kinnear. Serán los hermanos Annette y Bill Shepherd, herederos de Shepherd Unlimited, un conglomera­do industrial con poder de lobby en la política de los Estados Unidos. Ambos tienen un tenso pasado junto a los Underwood. “Tu esposo y yo teníamos un acuerdo. ¡Se hicieron promesas!”, presiona Bill Shepherd. “No conmigo -refuta Claire Underwood-. Ustedes deben apoyar todo lo que represento”. “¿Y qué es lo que representá­s?”, desafía el personaje de Kinnear.

En otra escena, Annette Shepherd se mira al espejo al lado de la presidenta. “¿Sabés? Me acosté con tu marido una vez”. Pero Claire sonríe sin pestañear. “Tus enemigos te subestiman”, le advertirá el fiel Doug Stamper (Michael Kelly), quien siempre obedeció las terribles órdenes de su marido. Él cumplirá su destino: cubrirles las espaldas a los Underwood. Y Claire le pondrá los puntos. “Ya no me dirán qué hacer, Doug. Ni tú ni ningún otro hombre. Nunca más”.

Habrá más tensiones y complots en Washington DC. “Claire, los desafiaste, los transforma­ste en un espectácul­o y ellos no van a parar”, le advierte el vicepresid­ente Mark Usher (Campbell Scott). Pero su jefa le habla a los espectador­es, como Francis, rompiendo la cuarta pared. “Están tratando de quitarme mi poder como su Comandante en Jefe. El mundo está con nosotros o contra nosotros”. En otro episodio, Bil Shepherd dirá enardecido: “¡Tenemos que sacar a esta mujer de ahí!”. Cualquier parecido con la realidad política estadounid­ense no parece una coincidenc­ia.

“Debería llamarse ‘House of Women’”, bromeó la actriz Patricia Clarkson. Ella retomará su papel como la asesora Jane Davis, y regresará la atormentad­a periodista Janine Skorsky (Constance Zimmer). “Vamos a mostrar lo que sucede cuando les das poder a las mujeres y lo que pueden hacer con él”, declaró Zimmer. La presidenta sabrá replicar los abusos de poder y violencia de Frank. Y habrá consecuenc­ias.

En un testimonio exclusivo para la Argentina, que Netflix facilitó a Clarín, Michael Kelly adelanta cómo se comportará el implacable Doug Stamper. “La mejor palabra para describir a Doug al comienzo de la temporada final es ‘ perdido’. Durante toda su carrera profesiona­l sólo fue leal a Francis Underwood. Y ahora se fue. ¿Qué va a hacer?”. Y prosigue: “Es la primera vez que Doug Stamper no tiene algo de qué agarrarse. Pero lo que más quiere es que su legado esté protegido”.

Diane Lane avizora qué harán Annette y Bill Shepherd. “Hay muchos prototipos de estos personajes en la política moderna. Son gente híper rica que ejerce su voluntad en el espectácul­o de títeres que es todo entorno político”. ¿Habrá límites éticos? “Annette carece de algo que tiene Claire: la voluntad de cumplir sus intencione­s nefastas”.

Lane sabe qué huellas ofrece House of Cards. “Lo que la serie nos dice acerca de la política es que, en última instancia, todo se trata de corazones y mentes. Es algo más que simplement­e comprar personas. Es importante tener cierta esperanza”, propone. Cinco años después de que House of Cards instalara a nivel planetario el consumo On demand de maratones de series, la ficción política creada por Beau Willimon se encamina a su adiós. Lo advierte Claire Underwood, mirando a los ojos a su público: “Todo va a ser diferente para ustedes y para mí”. ■

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El tiempo de Claire. Luego de que Netflix echara a Kevin Spacey (que componía al inefable Frank Underwood), Robin Wright hereda la responsabi­lidad de sostener el éxito de la serie.
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