Clarín

Pese al pedido de Macri, Boca y River jugarían las superfinal­es sin visitantes

Diferencia­s entre el Presidente, Rodríguez Larreta y los clubes

- Adrián Maladesky amaladesky@clarin.com

A través de twitter, el Presidente ayer se pronunció a favor de que las dos finales por la Copa Libertador­es se juegen con 4.000 visitantes en La Bombo- nera y en el Monumental. Y el Gobierno dio garantías de seguridad. Pero los directivos de ambos clubes y el Gobierno porteño coincidier­on en que no ha- bía tiempo de organizar las medidas adecuadas para esos eventos. El temor a posibles hechos de violencia apura la decisión de jugar sólo con locales.

“¿Estás bien? Eso les va a pasar a muchos en todo este tiempo, tranquila. Si empezamos desde ahora... Pero no hay problema. ¿Estás bien? ¿Hay agua por ahí?”. Marcelo Gallardo sonríe, busca una botellita de agua mineral debajo de la mesa y muestra su preocupaci­ón por Agostina Scalise, la cronista de Central Fox, a quien le bajó la presión mientras le hacía una pre- gunta al técnico de River en el mediodía de ayer. Sin darse cuenta, el Muñeco da en la tecla: serán unos días de locos, mucho más de lo que el entrenador podía imaginar.

Unas horas antes, Mauricio Macri cambiaba el foco: habría hinchas visitantes en las dos finales. Al menos eso pensaba el Presidente de la Nación. Pero todo cambiaría con el correr de las horas, tanto que anoche, en Pehuajó, Daniel Angelici, el presidente de Boca, dijo: “El lunes nos reuniremos con (Ricardo) D’Onofrio y es muy probable que decidamos jugar sin público visitante y haciéndono­s responsabl­es de la decisión que tomemos”.

Macri primero lanzó la idea por Twitter y luego la argumentó por radio. “Acordándom­e de esa semifinal con River que ganamos (en 2004) y se escuchaba el silencio... Eso no es el fútbol. Hay que gritar el gol. Esta final, que nunca se va a volver a repetir, es una oportunida­d histórica que tenemos que inmortaliz­ar con un espectá- culo completo y eso incluye a la hinchada visitante. Por eso tenemos todos que compromete­rnos. Es una final histórica. Es único, maravillos­o, irrepetibl­e. Tenemos que demostrar que estamos cambiando y así como lo vemos en otros países del mundo tenemos que poder organizar esta final con público visitante también”, afirmó el primer mandatario en La Red.

Y agregó: “Va a ser con público visitante. Ya hablé con el jefe de Gobierno, es un hecho excepciona­l”. El Presiden- te aclaró que la decisión fue tomada por el Gobierno nacional y que no hubo comunicaci­ón previa con los dirigentes de River y Boca para conocer su preferenci­a. Un grave error.

Media hora después, el ministro de Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo, habló con A24 y advirtió que no estaban pensando en la chance de jugar con las dos hinchadas, tal como había afirmado el día anterior. “El deseo de todos es que en algún momento se pueda jugar al fútbol con locales y visitan-

tes, pero por ahora no es factible”. Y

explicó que “todavía hay muchas cosas asociadas al fútbol que todavía no

han cambiado lo suficiente”. Más tarde, Ocampo tuvo que retractars­e y confir

mar que habrá “cuatro mil visitantes” en cada partido. También falló.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al mediodía anunció que tomarían nuevas medidas para garantizar la seguridad en los partidos, como la nominación de entradas y la revisión de los micros que lleguen a los estadios. “Macri me dijo que teníamos que tener la capacidad de mostrar que la Argentina está en condicione­s de generar una convivenci­a. Estamos seguros de que podemos ayudar a la Ciudad a llevar esto adelante”, dijo la funcionari­a. Se hablaba de un operativo con 2.000 polícias.

Casi al mismo tiempo empezaban los rumores sobre un nuevo cambio de día para las finales. Ahora se especulaba con los domingos 11 y 25 y la postergaci­ón de dos fechas del campeonato local. El jueves la Conmebol había informado que de los iniciales miércoles 7 y 28 se pasaba a los sábados 10 y 24, ante la sorpresa y preocupaci­ón de la Superliga, que elevó una nota de protesta a la AFA y al organismo sudamerica­no, ya que la decisión invadía al torneo argentino y obligaba a una reprograma­ción.

Esa reprograma­ción se concretó casi al mismo tiempo que los rumores cambiaban de viento: Boca y River no estaban de acuerdo con que hubiera visitantes. Enseguida, y no por casualidad, Macri salió al aire en Fox Sports.

“Hablé con el jefe de Gobierno de la Ciudad, con la Ministra de Seguridad y

el de la Ciudad y les damos a los clubes las garantías. Fui presidente de Boca 12 años y el que tiene la decisión de organizar el partido es el club, el que tiene la potestad es el club y nosotros les damos las garantías para que jueguen con visitantes”, afirmó. Ya había clima de marcha atrás en el ambiente.

“Me da la sensación de que cuando el visitante mete un gol y no gritan es como que no fue gol. Es algo que le falta al espectácul­o. Fue una posibilida­d más que hemos puesto sobre la mesa, porque además para este partido la demanda debe ser de 500 mil ó 700 mil personas. ¿Cuántos deben estar en condicione­s de querer ir a la cancha y pueden comprar una entrada? Debe ser un número gigantesco”, comentó. Finalmente, el Presidente agregó:

“Nos vamos a ocupar de darles las garantías, pero no como una imposición.

No sé por qué fue visto como una imposición. Si al presidente de River le representa un problema, que lo organice como mejor le convenga”. La referencia era hacia las dudas que a la mañana había manifestad­o D’Onofrio y que comparte Angelici.

No hubo una comunicaci­ón oficial de los clubes, todavía, pero está claro: Boca y River no quieren que haya visitantes, aunque se los pida el propio Mauricio Macri. Y Angelici lo dejó en claro en Pehuajó: “Queremos analizar el lunes cuáles son los pro y los contras, y tomar de forma conjunta la decisión. Pero hablando con el presidente de River, definiremo­s jugar con nuestro público”. ■

 ?? JORGE SANCHEZ ?? Por ahora, un viejo recuerdo. Las dos parcialida­des juntas en un clásico jugado en la Bombonera. La idea del Gobierno era que hubiera 4.000 visitantes en cada final.
JORGE SANCHEZ Por ahora, un viejo recuerdo. Las dos parcialida­des juntas en un clásico jugado en la Bombonera. La idea del Gobierno era que hubiera 4.000 visitantes en cada final.

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