Pese al pedido de Macri, Boca y River jugarían las superfinales sin visitantes
Diferencias entre el Presidente, Rodríguez Larreta y los clubes
A través de twitter, el Presidente ayer se pronunció a favor de que las dos finales por la Copa Libertadores se juegen con 4.000 visitantes en La Bombo- nera y en el Monumental. Y el Gobierno dio garantías de seguridad. Pero los directivos de ambos clubes y el Gobierno porteño coincidieron en que no ha- bía tiempo de organizar las medidas adecuadas para esos eventos. El temor a posibles hechos de violencia apura la decisión de jugar sólo con locales.
“¿Estás bien? Eso les va a pasar a muchos en todo este tiempo, tranquila. Si empezamos desde ahora... Pero no hay problema. ¿Estás bien? ¿Hay agua por ahí?”. Marcelo Gallardo sonríe, busca una botellita de agua mineral debajo de la mesa y muestra su preocupación por Agostina Scalise, la cronista de Central Fox, a quien le bajó la presión mientras le hacía una pre- gunta al técnico de River en el mediodía de ayer. Sin darse cuenta, el Muñeco da en la tecla: serán unos días de locos, mucho más de lo que el entrenador podía imaginar.
Unas horas antes, Mauricio Macri cambiaba el foco: habría hinchas visitantes en las dos finales. Al menos eso pensaba el Presidente de la Nación. Pero todo cambiaría con el correr de las horas, tanto que anoche, en Pehuajó, Daniel Angelici, el presidente de Boca, dijo: “El lunes nos reuniremos con (Ricardo) D’Onofrio y es muy probable que decidamos jugar sin público visitante y haciéndonos responsables de la decisión que tomemos”.
Macri primero lanzó la idea por Twitter y luego la argumentó por radio. “Acordándome de esa semifinal con River que ganamos (en 2004) y se escuchaba el silencio... Eso no es el fútbol. Hay que gritar el gol. Esta final, que nunca se va a volver a repetir, es una oportunidad histórica que tenemos que inmortalizar con un espectá- culo completo y eso incluye a la hinchada visitante. Por eso tenemos todos que comprometernos. Es una final histórica. Es único, maravilloso, irrepetible. Tenemos que demostrar que estamos cambiando y así como lo vemos en otros países del mundo tenemos que poder organizar esta final con público visitante también”, afirmó el primer mandatario en La Red.
Y agregó: “Va a ser con público visitante. Ya hablé con el jefe de Gobierno, es un hecho excepcional”. El Presiden- te aclaró que la decisión fue tomada por el Gobierno nacional y que no hubo comunicación previa con los dirigentes de River y Boca para conocer su preferencia. Un grave error.
Media hora después, el ministro de Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo, habló con A24 y advirtió que no estaban pensando en la chance de jugar con las dos hinchadas, tal como había afirmado el día anterior. “El deseo de todos es que en algún momento se pueda jugar al fútbol con locales y visitan-
tes, pero por ahora no es factible”. Y
explicó que “todavía hay muchas cosas asociadas al fútbol que todavía no
han cambiado lo suficiente”. Más tarde, Ocampo tuvo que retractarse y confir
mar que habrá “cuatro mil visitantes” en cada partido. También falló.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al mediodía anunció que tomarían nuevas medidas para garantizar la seguridad en los partidos, como la nominación de entradas y la revisión de los micros que lleguen a los estadios. “Macri me dijo que teníamos que tener la capacidad de mostrar que la Argentina está en condiciones de generar una convivencia. Estamos seguros de que podemos ayudar a la Ciudad a llevar esto adelante”, dijo la funcionaria. Se hablaba de un operativo con 2.000 polícias.
Casi al mismo tiempo empezaban los rumores sobre un nuevo cambio de día para las finales. Ahora se especulaba con los domingos 11 y 25 y la postergación de dos fechas del campeonato local. El jueves la Conmebol había informado que de los iniciales miércoles 7 y 28 se pasaba a los sábados 10 y 24, ante la sorpresa y preocupación de la Superliga, que elevó una nota de protesta a la AFA y al organismo sudamericano, ya que la decisión invadía al torneo argentino y obligaba a una reprogramación.
Esa reprogramación se concretó casi al mismo tiempo que los rumores cambiaban de viento: Boca y River no estaban de acuerdo con que hubiera visitantes. Enseguida, y no por casualidad, Macri salió al aire en Fox Sports.
“Hablé con el jefe de Gobierno de la Ciudad, con la Ministra de Seguridad y
el de la Ciudad y les damos a los clubes las garantías. Fui presidente de Boca 12 años y el que tiene la decisión de organizar el partido es el club, el que tiene la potestad es el club y nosotros les damos las garantías para que jueguen con visitantes”, afirmó. Ya había clima de marcha atrás en el ambiente.
“Me da la sensación de que cuando el visitante mete un gol y no gritan es como que no fue gol. Es algo que le falta al espectáculo. Fue una posibilidad más que hemos puesto sobre la mesa, porque además para este partido la demanda debe ser de 500 mil ó 700 mil personas. ¿Cuántos deben estar en condiciones de querer ir a la cancha y pueden comprar una entrada? Debe ser un número gigantesco”, comentó. Finalmente, el Presidente agregó:
“Nos vamos a ocupar de darles las garantías, pero no como una imposición.
No sé por qué fue visto como una imposición. Si al presidente de River le representa un problema, que lo organice como mejor le convenga”. La referencia era hacia las dudas que a la mañana había manifestado D’Onofrio y que comparte Angelici.
No hubo una comunicación oficial de los clubes, todavía, pero está claro: Boca y River no quieren que haya visitantes, aunque se los pida el propio Mauricio Macri. Y Angelici lo dejó en claro en Pehuajó: “Queremos analizar el lunes cuáles son los pro y los contras, y tomar de forma conjunta la decisión. Pero hablando con el presidente de River, definiremos jugar con nuestro público”. ■