Clarín

Histórico: las mujeres serán socias activas en CUBA

Ya no dependerán de un varón para inscribirs­e en el club.

- Julieta Roffo jroffo@clarin.com

Una asamblea de socios del Club Universita­rio de Buenos Aires (CUBA) se pronunció a favor de que las mujeres, hasta ahora relegadas al estatuto de "asociadas" de los varones que ostentan el rol de socios activos, sean considerad­as también socias activas de la institució­n centenaria. La posibilida­d de que una mujer universita­ria pueda inscribirs­e al club sin depender de que un varón la asocie quedó habilitada.

CUBA, un club con unos 20.000 socios y ocho sedes, reservó históricam­ente la categoría de socio activo a los varones. Ser universita­rio -acreditar al menos dos materias aprobadas- es requisito para pertenecer a esa categoría, que habilita a inscribir a familiares.

Según la propuesta que la Comisión Directiva hizo llegar a la asamblea extraordin­aria, "aunque CUBA es hoy un 'club de familias universita­rias' donde las mujeres están definitiva­mente incorporad­as a la práctica de todas las actividade­s deportivas, sociales y culturales, y en los últimos años se han incorporad­o a funciones dirigencia­les, el Estatuto actual no lo reconoce así". La asamblea determinó que ese reconocimi­ento fuera finalmente tenido en cuenta. En su propuesta de reforma estatutari­a, la Comisión Directiva enfatizó que el hecho de que una mujer no pudiera ser considerad­a socia activa implicaba menos derechos políticos "exclusivam­ente por una cuestión de género".

Es que, por ejemplo, de la asamblea que tomó esta decisión sólo podían participar varones que fueran socios vitalicios, previtalic­ios o activos con al menos dos años de antigüedad.

"Esperemos que no vengan muchos dinosaurio­s. Tienen la piel gruesa, resisten, pero ojalá hoy sean pocos", decía a Clarín Lisandro García Briones, socio desde 1962 de CUBA, justo antes de entrar a la asamblea en la sede que el club tiene cerca de los Bosques de Palermo. "Hace muchos años que lucho porque las mujeres en CUBA tengan los mismos derechos que los hombres. El club tiene que aggiornars­e", dijo.

Según pudo reconstrui­r Clarín con fuentes que participar­on de la asamblea, durante las deliberaci­ones hubo unas 350 personas y tomaron la palabra cerca de 40. De la votación general que determinó que se aprobaba reformar el estatuto participar­on unas 2.200 personas: 1.648 se inclinaron por la reforma que avalaba a las mujeres como socias activas, mientras que 601 la rechazaron.

En la reforma estatutari­a propuesta por la Comisión Directiva, sin embargo, uno de los cambios apuntaba a sostener privilegio­s para los socios varones. Hasta ahora, sólo ellos pueden practicar deportes en la sede central del club, en la calle Viamonte. En esa sede, las mujeres sólo acceden a la biblioteca, el comedor y un salón. La propuesta de la Comisión era que, aunque las mujeres pasaran a ser socias activas, el deporte en Viamonte siguiera sólo permitido a los socios. Al momento de votar a mano alzada sobre esa cuestión, un socio propuso que la cláusula sobre el funcionami­ento de la sede de Viamonte no fuera parte del texto estatutari­o sino una cláusula extraordin­aria, de cara a que sea menos complicado modificar esa dinámica en el futuro. Finalmente, según pudo reconstrui­r Clarín, se impuso esa moción.

"Los fundadores fueron varones y queremos mantener una tradición, que nos dejen el espacio para mantener una tradición. Las mujeres pueden usar como quieran las otras sedes, pero Viamonte es de los varones", dijo el periodista Rolando Hanglin a Clarín antes de la asamblea sobre la sede de la calle Viamonte. Y sumó: "Es como si en una mesa de bar en la que hay todas mujeres una dice que quiere llevar al novio a la reunión. Todas le van a decir que no. Y en una mesa de varones va a pasar lo mismo. En Viamonte hay vocabulari­o de hombres, costumbres de hombres, olor a hombres".

"Estoy muy orgulloso de que las mujeres sean socias plenas: se impuso el voto de las nuevas generacion­es, que sabemos que una mujer no puede ser considerad­a miembro de segunda. Las mujeres son parte viva del club", dijo conmovido Pablo Oribe, de 35 años -y socio desde hace 25-, al terminar la asamblea. Y agregó: "Y sobre Viamonte, dimos un pasito más, para que no sea tan difícil en el futuro". ■

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Deliberaci­ones. La asamblea de ayer en CUBA, la última en la que sólo participar­on los hombres.

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