Las fallas en los controles, un problema repetido
El control para que los condenados cumplan las sentencias es desde hace tiempo un desafío para la Justicia y los servicios penitenciarios. Por un lado, buscan descomprimir la superpoblación de las cárceles con métodos como las tobilleras electrónicas, a la vez se repiten los casos de fugas: por ejemplo, en lo que va del año en la provincia de Buenos Aires hubo 135 presos que recibieron el beneficio de las salidas transitorias, pero nunca regresaron a los penales.
El caso bonaerense es emblemático porque se trata de la provincia que concentra cerca de la mitad de los reclusos del país, con 42.000. De hecho, la propia Justicia provincial ordenó crear un comité de crisis para analizar si les pueden poner las tobilleras a más presos. Hoy, hay 1.965 condenados con vigilancia electrónica.
La decisión de otorgar estos beneficios corresponde a la Justicia. El caso del colectivero Verón fue más grave, porque, pese a los pedidos de la querella, el juez nunca aplicó ningún método de control.