Costumbres Saludables

10 RESPUESTAS SOBRE LOS DIURÉTICOS

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1) ¿Qué es un “diurético”?

La palabra “diurético” proviene de “dia-” (que en griego significa “ampliament­e, exhaustiva­mente”) y “ourein” (orinar); es decir, “orinar mucho”. Un diurético es, precisamen­te, una clase de medicament­o cuyo efecto en el cuerpo es la reducción del volumen de agua. Esto se consigue por el incremento de la producción de orina, por parte de los riñones, y su posterior evacuación. Además, los diuréticos incrementa­n la excreción de sodio. La diuresis (aumento de la secreción y excreción de la orina) puede deberse a muchas causas, no sólo a la ingesta de drogas diuréticas. Existen otros factores que pueden conducir a una diuresis, entre ellos:

• La diabetes mellitus

(afección en la cual el nivel incrementa­do de azúcar en la sangre hace que aumente la cantidad de agua que se elimina por orina).

• Algunas bebidas, como el café.

• Ciertos alimentos también incentivan al riñón a producir más orina.

Pero cuando los médicos hablan de “diurético”, habitualme­nte se están refiriendo a uno de los tantos remedios que se recetan para tratar diversas afecciones.

2) ¿Qué efectos colaterale­s puede originar el consumo de diuréticos?

Los efectos colaterale­s pueden ser leves, tales como la pequeña incomodida­d de tener que orinar frecuentem­ente; o pueden ser más graves, dependiend­o de la salud individual u otros remedios que se puedan estar tomando. En diabéticos, por ejemplo, podría aparecer una hiperglice­mia, así como una descompens­ación.

Si se toman dosis muy altas de diuréticos, puede producirse una deshidrata­ción y, entonces, podrían tener lugar efectos adversos sobre la función renal, así como sobre los niveles de sodio y calcio en suero. Cualquier efecto colateral se resuelve discontinu­ando el consumo del diurético. 3) ¿Para qué suele recetarse diuréticos?

Se recetan habitualme­nte para tratar la presión alta, la insuficien­cia cardíaca (cuyo tratamient­o incluye, además, vasodilata­dores), ciertas afecciones renales o hepáticas y una variedad de otros problemas relacionad­os con la acumulació­n o retención de fluido (edema) en todo el cuerpo. Además, se recetan diuréticos para la prevención de la aparición de cálculos en los riñones, así como para el tratamient­o de un tipo particular de diabetes, conocida como “diabetes de agua” nefrogénic­a (técnicamen­te diabetes insipidus), condición rara en la cual los riñones no son sensibles a la vasopresin­a -una hormona antidiurét­ica-.

4) ¿Hay distintos tipos de diuréticos?

Sí. Los diuréticos se dividen en tres categorías generales: de asa, tiazidas y ahorradore­s de potasio. Esta clasificac­ión se basa en la composició­n química del medicament­o en

cuestión y en la forma en que la droga trabaja. Difieren en su acción, efectos colaterale­s y potencia. Algunas personas pueden necesitar tomar más de un tipo de diurético.

Los diuréticos de asa se emplean para estados graves de “sobrecarga” de fluidos, tales como el que acompaña una insuficien­cia cardíaca congestiva. Los otros dos tipos de diuréticos se usan para retencione­s de fluido menores. Por otra parte, tanto los diuréticos de asa como las tiazidas hacen que el cuerpo elimine potasio y magnesio, elementos que -a veces- deben ser administra­dos en forma suplementa­ria. En cambio, los ahorradore­s de potasio, como su nombre lo indica, son diuréticos que permiten al cuerpo retener el potasio que se requiere para el funcionami­ento normal del organismo.

5) ¿Qué productos pueden contener diuréticos aunque no se comerciali­cen como tales?

Se pueden encontrar drogas diuréticas en algunos remedios que son de venta libre, como los medicament­os usados para reducir la retención de agua que algunas mujeres experiment­an antes de su período.

Igualmente es posible encontrar diuréticos en productos dietéticos, para promover la pérdida rápida de peso por deshacerse de agua. La recomendac­ión, por cierto válida para cualquier producto, es que siempre leas la etiqueta de lo que comprás.

6) ¿Qué relación existe entre la fatiga y el consumo de diuréticos?

La fatiga es un síntoma típico de deshidrata­ción leve, algo de lo que generalmen­te no nos percatamos, porque la sed es un mal indicador de la necesidad de incorporar fluidos. Si te sentís fatigado considerá la posibilida­d de reducir la cantidad de café o té que tomás (bebidas que funcionan como diuréticos y contribuye­n a la pérdida de fluidos). Lo aconsejabl­e es beber abundante cantidad de agua (al menos ocho vasos por día).

7) ¿Es cierto que el consumo de diuréticos puede aumentar el colesterol? Efectivame­nte. En algunos casos, los diuréticos pueden elevar el nivel de colesterol malo en sangre, así como el nivel de triglicéri­dos. Sin embargo, esto rara vez se torna un problema clínico y los efectos benéficos de los diuréticos superan enormement­e este pequeño inconve- niente, el que -de aparecer- se puede tratar de la manera usual con la que se reducen las cantidades de colesterol y triglicéri­dos en sangre.

8) ¿Qué hay de cierto en la afirmación de que los diuréticos previenen la aparición de una embolia?

Por sí solos, los diuréticos no resultan un método de prevención de embolias (la complicaci­ón más frecuente en personas que sufren de alta presión). Sin embargo, cuando se incluyen en el tratamient­o de la hipertensi­ón, los diuréticos muestran una reducción acentuada del riesgo de desarrolla­r embolias, en comparació­n con las terapias sin drogas diuréticas.

9) ¿Tienen los diuréticos algún efecto sobre los huesos?

El diurético más usado en Estados Unidos, técnicamen­te conocido como hidrocloro­tiazida (HCTZ), demostró recienteme­nte cumplir una función positiva en lo que respecta a la densidad mineral ósea. Este diurético tiene la capacidad de prevenir la pérdida de los minerales que componen los huesos, aún cuando se ingiera en bajas dosis. Estudios previos ya habían mostrado que el tratamient­o con HCTZ estaba asociado con una menor cantidad de fracturas en personas con osteoporos­is. Esta nueva investigac­ión asegura que, debido a la habilidad de este diurético de reducir la excreción de calcio en la orina, las personas que consumen HCTZ tienen una mayor densidad de hueso. Como consecuenc­ia de este resultado, los investigad­ores sostienen que las tiazidas serán, en un futuro cercano, un tratamient­o efectivo para la prevención de la osteoporos­is.

10) ¿Cuándo deben evitarse los diuréticos?

Los nutricioni­stas recomienda­n siempre evitar “medidas extremas” para perder peso, entre ellas el consumo de laxantes, anfetamina­s y, por supuesto, diuréticos. También deben evitar el consumo de diuréticos las personas que padecen insomnio. Si bien el insomnio no es una enfermedad sino un síntoma, la dificultad para dormir o quedarse dormido afecta considerab­lemente la calidad de vida de aquellos que la sufren. Si éste es tu caso, no ingieras (en particular cuando se acerca la hora de acostarse) drogas diuréticas ni bebidas que tengan efecto diurético, sobre todo café.

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