Der,
en aquel entonces acababa de triunfar sobre una terrible adicción al alcohol y las drogas duras. “Yo no fui a Cannes –recuerda–. Me encontré con Spike en un juego de básquetbol en Nueva York y me explicó que sólo los actores principales (Wesley Snipes, Annabella Sciorra) estaban invitados. Claro, me sentí decepcio- nado, pero así era la cosa. Y un día, recibí una llamada de mi representante, para decirme, ‘Oye, ¡te acaban de darun premio como Mejoractorsecundario en Cannes! ¿Y sabes qué? ¡Que lo inventaron justo para dártelo a ti!’”. En efecto, fue la primera y la última vez que se otorgó semejante galardón, por iniciativa, según él, de la actriz afroamericanawhoopi Goldberg, que ese año formó parte del jurado. “Mi representante yyo teníamos una broma. Yo le preguntaba todo el tiempo, ‘Oye, ¿no han llamado hoy de Hollywood?’, y él me respondía, con la más absoluta indiferencia: ‘No, no han llamado hoy, Sam’. Bueno, pues créanme que después de este premio, ¡sí han llamado!”.
EL VIEJO TÍO GRUÑÓN Andando
el tiempo, Jackson conoció a otra persona, cuya influencia sería todavía más significativa. En 1991 acudió a una audición para el primer filme de un joven cineasta que todo el mundo describía como genial. Jackson interpretó su escena de manera apropiada, pero estaba acompañado por dos muy malos actores que no habían leído sus líneas, así que no pudo bri- llar como sabía. Al salir de la audición, sintió que no le darían el papel, así que llamó a su representante para lamentarse... y tenía razón. La cinta en cuestión era Perros de reserva ( Reservoir Dogs), de Quentin Tarantino. “Fui al Festival Sundance en enero de 1992 y vi la película. Me encantó y al final de la proyec- ción, me acerqué al motherfucker éste de Quentin y le dije: ‘¿Sabes? Me parece que tu película hubiera salido todavía mejor si hubiera estado yo en ella’. Él se echó a reír y me prometió que reconsideraría mi participación a futuro. Y entonces esperé un tiempo