DE PELO EN ROSTRO
Cualquiera que sea tu estilismo facial –estés a favor del vello o no–, existe una rutina de cuidados específica para ti. Descúbrela y termina el año con buena cara.
Durante bastantes años, tal vez por contagio del mucho más maduro mercado de la cosmética femenina, el universo de los cuidados faciales para hombre giró en torno a los conceptos de limpieza, hidratación y tratamiento –el ritual del afeitado, por secular y obligatorio, ni siquiera se contemplaba como fuente de bienestar o belleza–. Como si las únicas diferencias entre nuestro rostro y el de ellas fueran los ya consabidos dispares grosores de piel o la cantidad de grasa. Tuvo que sobrevenir el exceso capilar de la cultura hipster para que llegáramos a ser conscientes de que si algo debe singularizar nuestra rutina de mantenimiento con respecto a la de las damas es el vello –se manifieste en superficie o bajo la apariencia de un rasurado perfecto–. Así pues, teniendo en cuenta esta pilosa realidad, he aquí una nueva taxonomía de los cuidados masculinos. Como siempre, no definitiva.