El insoportable tenis argentino sigue ahí
todo sería mucho más sencillo si la gente importante del tenis argentino respondiera con sinceridad a un par de preguntas.
Pregunta para los dirigentes: ¿Pueden asegurar que hablaron con Juan Martín del Potro meses atrás y acordaron que jugaría la Copa Davis este año?
Pregunta para Del Potro: ¿Hay aún ganas de jugar la Davis o con el histórico título de 2016 se considera ya liberado de esa carga?
Parece fácil, pero es muy difícil. Ninguna de las dos partes se atreve a responder con claridad. Unos por temor a Del Potro, otro por temor a la reacción de la gente ante tanta sinceridad. Nada nuevo en un tenis argentino en el que tantas grandes ambiciones se derrumbaron gracias a jugadores y dirigentes asombrosamente chiquitos en su mezquindad. Como el dinosaurio del guatemalteco Augusto Monterroso, nos despertamos y el tenis argentino seguía ahí. Y una vez más se demuestra insoportable.
Este diario lo había publicado ya el 24 de abril: “Fuentes de la AAT aseguraron a la nacion que Del Potro pidió permiso para que Orsanic lo acompañara en las primeras semanas del año como entrenador. A cambio, dicen, el tandilense dio el “sí” para estar en la Davis este año. Sólo le queda una oportunidad, viajar a Kazakhstán”.
Asombra entonces la virulenta y desmedida respuesta del jugador ante lo dicho esta semana por Armando Cervone, presidente de la AAT: “Está hablado que participe de la serie de repechaje ante Kazakhstán”. Reaccionar diciendo que se trata de “mentiras [que] remiten a prácticas de años anteriores que le hicieron mucho daño al tenis argentino” es lo mismo que declararle la guerra a un presidente que tiene aún más de un año por delante en el cargo. ¿Y si los Del Potro aceptaran presidir la AAT? Podría ser una solución.
Lo cierto es que la Asociación Argentina de Tenis (AAT) necesita que Del Potro juegue la Davis tras siete meses en los que dilapidó el impulso del título en Zagreb. Cervone y aquellos que lo acompañan están obligados a hacer todo lo posible para convencerlo de formar parte del equipo. Lo hicieron en 2016. Si no lo hicieran en 2017, sus cargos les quedarían grandes.