Los plazos fijos, en estado vegetativo por el alza del billete
El stock total de las colocaciones privadas quedó completamente estancado desde hace tres meses Los depósitos a plazo fijo en pesos están en estado vegetativo desde que el dólar comenzó a insinuar, a fin de abril, que su ciclo bajista estaba agotado. Ya venían sufriendo la competencia de la “supertasa” que ofrece el Banco Central a quienes le compren sus Letras (Lebac). Pero la resurrección de esa divisa (que cotizaba a fines de abril a $ 15,75, un 12,6% debajo de su nivel actual), en un contexto en que los bancos se resisten a mejorar los rendimientos que pagan, terminó por quitarlos de la consideración de buena parte de los ahorristas.
“La demanda de plazos fijos se estancó debido al efecto sustitución generado por la política de esterilización del BCRA y a la mayor demanda de dólares que resultó de la incertidumbre política. E hizo que se elevara la tasa de devaluación esperada del peso”, explicó el consultor macroeconómico Hernán Hirsch.
Los datos son elocuentes al respecto. El stock de plazos fijos privados tradicionales, que estaba por encima de $ 550.600 millones a fin de abril, apenas orilla los $ 550.400 millones ahora, según datos al viernes pasado (últimos disponibles).
Es decir, el total no sólo ya ni crece nominalmente, sino que, además, comienza a caer. Aunque si se agregan los plazos fijos indexados por UVA (sumaron $ 235 millones en ese lapso), el stock total se mantuvo estable por los pequeños traspasos hacia ese tipo de depósitos, que se ven estimulados por la persistente inflación.
Pese a que los bancos perdieron casi 1,5% de liquidez en los últimos tres meses, se resisten a subir la tasa ofrecida a los ahorristas (sólo la subieron del 16,7 al 17% anual), tal vez porque la demanda de crédito, aunque comienza a recuperarse, lo hace lenta y sesgadamente.