Las señales que aceleraron la cuenta regresiva
Asoma el Mundial: la formación perfilada, las fotos oficiales, la charla sobre el VAR y un control antidoping sorpresivo
BRONNITSY, Rusia.– Empezó el Mundial para la selección argentina. Aunque recién mañana se celebrará la fiesta inaugural y después Néstor Pitana hará sonar el silbato para que RusiaArabia Saudita escriban el primer partido, la jornada de ayer tuvo todas las señales que indican la inminencia de la competencia. La primera llegó a la mañana, cuando Jorge Sampaoli separó al plantel en dos grupos: esa división entregó una nueva pista de quiénes, en su cabeza, apuntan a ser los titulares contra Islandia el sábado, en Moscú.
Willy Caballero; Eduardo Salvio, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo y Nicolás Tagliafico; Javier Mascherano y Lucas Biglia; Maximiliano Meza, Lionel Messi y Ángel Di María; Sergio Agüero. Esos 11, que trabajaron en el segundo turno, fueron los mismos que habían practicado el día anterior ante los sparrings juveniles que acompañan al plantel. Dibujan una idea súper ofensiva: el entrenador está convencido de que Islandia se va a replegar alrededor de su área y que sus contraataques irán por el centro. Eso explica ese doble par de guardianes defensivos: Otamendi-Rojo y Mascherano-Biglia, para que Salvio (igual que contra Haití, en la Bombonera) y Tagliafico suelten sus alas en el ataque.
Más temprano, el técnico había tomado unos mates con Claudio “Chiqui” Tapia, antes de empezar la práctica, en la pequeña tribuna tubular que la FIFA hizo montar en el Bronnitsy Training Centre. Después, cada uno a lo suyo: el presidente de la AFA observó desde esa posición el trabajo de los dos grupos –una costumbre que repite cada día– y Sampaoli bajó al campo. Allí buscó otro interlocutor: Gonzalo Higuaín, al que Agüero superó en los últimos días en la carrera imaginaria que mantienen para capturar el puesto de centrodelantero. ¿Por qué Kun? El DT cree que ante un rival rocoso y alto, un petiso como el delantero del City puede desnivelar con su juego en corto, su gambeta y su asociación con Messi.
Así, el 9 de la Juventus se movió junto a los tres arqueros, Cristian Ansaldi, Gabriel Mercado, Federico Fazio, Marcos Acuña, Paulo Dybala, Enzo Pérez, Giovani Lo Celso y Cristian Pavón. El único que no trabajó en ninguno de los dos grupos fue Éver Banega, cuya recuperación de la sobrecarga muscular asoma lenta.
A la tarde, después de la siesta, el movimiento fue intenso, a pesar de que no hubo trabajos de campo. La FIFA envió hasta aquí a tres delegaciones. La del vAR, encabezada por el colombiano Oscar Ruiz, le explicó a la delegación cómo los árbitros y veedores usarán el nuevo chiche tecnológico, inédito en la historia de los mundiales. Los siguientes visitantes llegaron por sorpresa: eran los encargados del control antidoping, que tomaron muestras de seis jugadores. Fueron Messi, Otamendi, Acuña, Dybala, Salvio y Armani, elegidos por sorteo. En el caso del capitán, es la cuarta vez en tres meses que resulta sorteado: dos por la FIFA, uno por la UEFA y uno por la Federación española. El final de la jornada fue más relajado: todos los jugadores y el entrenador posaron para una sesión de fotos y videos que la FIFA realiza con cada equipo. Estas imágenes son las que luego se utilizan para mostrar las alineaciones previamente a los partidos o las que individualizan a los autores de los goles. “Lionel MESSI 10”, sostuvo el cartel en una hoja tamaño A4 uno que llevaba barba, sí, el capitán. Definitivamente, el Mundial había empezado.