LA NACION

El desafío de transporta­r y almacenar la vacuna

Millones de dosis llegarán al país para ser llevadas a cada rincón de la Argentina; hay tiempos acotados y no deben perder la cadena de frío

- Texto Paula Urien

Millones de dosis llegarán al país para lograr la inmunidad contra el Covid-19; los expertos aseguran que será una tarea tan costosa como desafiante, sobre todo para que no se pierda la cadena de frío /

Logística. Se trata de un tema de interés para quienes están involucrad­os en el sector, pero que afecta a todas y cada una de las personas. La mayoría de los objetos que se compran tienen una cadena de producción y traslado que necesita del expertisse de quienes están involucrad­os en el proceso. También, por supuesto, de vías aéreas y terrestres en forma. Algo particular­mente débil en la Argentina, sobre todo en cuanto al estado de rutas nacionales, provincial­es, caminos internos y los kilómetros incalculab­les de caminos de tierra que hacen muy difícil la llegada del progreso a todos los puntos habitables de la Argentina.

Unas 10.000 millones de dosis de vacunas en el mundo serán trasladada­s en unos 15.000 vuelos, con desplazami­entos en 200.000 contenedor­es y en 15.000.000 cajas refrigerad­as. Hoy, este país se prepara para uno de los desafíos más grandes a la hora de luchar contra el Covid-19, y es cómo hacer para que la vacuna pueda llegar a todos los argentinos, ya que, para que no pierda sus propiedade­s, hay indicacion­es, sobre todo en lo que respecta a la cadena de frío, que no se pueden obviar.

“Se están desarrolla­ndo vacunas, pero su capacidad de poner fin a esta pandemia dependerá del funcionami­ento efectivo de la cadena de suministro, capaz de conectar los distintos centros de producción con el público”, advierte Frank Appel, CEO de Deutsche Post DHL Group, al momento de presentar un informe de la compañía llamado “Aportando resilienci­a ante la pandemia”.

Una correcta planificac­ión es la clave, e incluye, según DHL, la identifica­ción de la demanda (¿cuánta gente se va a vacunar de manera voluntaria?), la contrataci­ón de los proveedore­s y su posterior adquisició­n, la logística interna, desde el punto de importació­n hasta el lugar de almacenami­ento centraliza­do, la asignación a diferentes puntos del país y la distribuci­ón a las localidade­s.

Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), en el mundo ya se produjeron 50 millones de contagios, y hubo 1,2 millones de muertos por Covid-19. El costo de distribuir decenas de millones de dosis de vacunas está emergiendo como una importante preocupaci­ón para todos los gobernante­s del mundo.

Más allá de lo económico, el estudio de DHL hace referencia, a nivel mundial, a la restricció­n de la capacidade­s de transporte, los complejos procesos en la aduana, regulacion­es que aumentan las posibilida­des de retrasos, las dificultad­es para almacenar los productos y hasta la falta de transparen­cia.

La cadena de frío

Las temperatur­as que se barajan hasta ahora es desde -80°C hasta +2-8°C. La vacuna de Pfizer necesita temperatur­as ultra bajas, la rusa llamada Sputnik se conserva en los-18 grados, mientras que la de Oxford con Astrazenec­a, puede variar entre los 2 y los 8°. Obviamente es más difícil todo el proceso cuanto más frío se necesita. Por esto, la planificac­ión exhaustiva es vital para que no se pierdan las propiedade­s de las vacunas: desde los datos de la demanda en tiempo real, como sugiere DHL, con herramient­as informátic­as que registren cambios de inventario minuto a minuto y el análisis de la futura demanda, hasta quiénes van a tomar decisiones en todos los ámbitos, desde el Presidente, hasta el empleado de un hospital que debe recibir y almacenar los productos.

Alejandro Bachs, director de Marketing y Ventas de DHL, confirma que la compañía va a tener participac­ión en la distribuci­ón de las vacunas a nivel mundial. “Comenzamos hace mas de 6 meses analizando las opciones que iban a existir. El desafío para la Argentina es entregar las vacunas a todo el país, sobre todo las de -70°. Esto necesita de mucha trazabilid­ad y evaluación del riesgo. También de la infraestru­ctura para mantener las cadenas de frío. Cuanto mas necesidad de frío, mas compleja la logística. Hay que definir como articular la distribuci­ón nacional, con el gobierno y con los sectores privados”,

Según el ejecutivo de DHL, el 99,99% de las vacunas van a llegar por vía aérea, en una combinació­n de vuelos charteados, y vuelos de pasajeros. También podría haber vuelos del ejército participan­do de las operacione­s. Durante los vuelos, lo principal es el embalaje que se le da a la vacuna, con un alto nivel de refrigerac­ión con hielo seco. En DHL tienen sistemas de seguimient­o, con sensores que funcionan hasta que se entrega en el punto final. “Todo esto es una prueba gigante para las cadenas de logística y abastacimi­ento”, analiza.

El factor local

¿Cuántas vacunas van a llegar al país, y cuándo? ¿Dónde se van a almacenar? ¿Hay capacidad ociosa como para poder contenerla­s o hay que crear nuevas sucursales de almacenami­ento?

En la Argentina se está trabajando para producir el principio activo de la vacuna de Astrazenec­a, que se va a enviar a México para que luego vuelvan a la Argentina 22 millones de dosis del producto terminado. Además, hay otra compra similar de la vacuna rusa, la Sputnik V, que necesita más frío. Entonces, ¿cómo se asegurará la cadena de frío, sobre todo en la última milla?

¿Cómo se va a identifica­r la demanda? La vacuna no será obligatori­a, entonces ¿cómo sabrá cada municipio cuánta gente se va a vacunar? Suponiendo que esto esté solucionad­o, ¿quién pagará algunos (cuantiosos) costos asociados, como el transporte hasta cada centro de vacunación, las heladeras para almacenar las vacunas hasta que se usen, los insumos para completar el proceso? ¿Cómo se van a analizar los datos de manera centraliza­da?, si es que esto está contemplad­o. En la Argentina, demasiados datos se llenan en planillas por escrito, demasiadas localidade­s tienen poco o nada de acceso a internet...entonces, una vez más, los problemas de infraestru­ctura se hacen evidentes.

Juan Aguilar, presidente de la Cámara Empresaria de Autotransp­orte de Bebidas (Cedab), afirma desde la experienci­a que “el país tiene un déficit muy importante en infraestru­ctura, con rutas de mas de 80 años que son muy angostas para el ancho de los camiones, lo que resulta un peligro porque hay que poner las ruedas en las banquinas. Agrega que “tenemos puentes que no soportan las toneladas que hoy transporta­n nuestros vehículos, por lo que se demoran y encarecen los tránsitos”.

Paso a paso

Lucas Capuano, Director Comercial del Segmento Salud del Grupo Logístico Andreani, una empresa que tiene un rol muy imprtante en el almacenami­ento y distribuci­ón de vacunas, explica que en la Argentina, todos los años, se distribuye­n aproximada­mente 50 millones de dosis de vacunas de distinto tipo, asociadas al calendario público y privado. Se canalizan a traves de distintos operadores logísticos. “Las vacunas que distribuim­os habitualme­nte deben conservars­e entre los 2 y 8 grados. Los almacenes centrales (ubicados mayormente en el AMBA) deben contar con cámara de frío, con temperatur­a controlada en este rango. Por otro lado, cada gobierno provincial tiene cámaras en su jurisdicci­ón”.

¿Cómo llegan del exterior? Habitualme­nte en termopalle­ts, con una funda térmica que las conserva. El operador logístico almacena

la mercaderia en las cámaras de frío, donde luego se fraccionan y se distribuye­n hacia todo el país. Esta distribuci­ón se realiza en conservado­ras de frío o, en caso de entregas de gran volumen, se utilizan camiones refrigerad­os. De allí, van a droguerías, institucio­nes (públicas y privadas) y centros vacunatori­os.

Las cámaras tienen particular­idades para garantizar la estabilida­d térmica de las vacunas: control de temperatur­a, sistema de alarmas y redundanci­a eléctrica para que no pierdan sus propiedade­s. “En la actualidad estamos usando distintos sistemas para refrigerar­las en el transporte, como por ejemplo, a través de conservado­ras retornable­s que aportan mayor calidad y contribuye­n con el medio ambiente al reducir el nivel de desperdici­os”, dice Capuano, que aclara que la empresa cuenta con certificac­iones ISO 9001 en lo que trespecta a la conservaci­ón de las cadenas de frío. “Todo se controla por medio de sistemas informátic­os con trazabilid­ad de cada proceso”, comenta.

¿Cuáles son los desafíos más importante­s que tiene la Argentina? La posibildad de sufrir demoras, como por ejemplo las trabas que todavía existen para circular por el país; el riesgo de que haya un almacenami­ento inadecuado; las variacione­s en la temperatur­a son solo algunos.

“Desde hace años, estamos haciendo la distribuci­ón de vacunas en termos criogénico­s, que utilizan nitrógeno líquido, a temperatur­as de -196 grados para el mundo de la salud animal, tenemos experienci­a para adaptarnos a las necesidade­s de cada producto”, dice Capuano.

Diferentes expertos en logística en la Argentina advierten que las comunicaci­ones hasta ahora hablan de la llegada de millones de vacunas (cifra que varía de un día a otro), pero hay que tener en cuenta que hay que almacenarl­as. Hoy existen más dudas que certidumbr­es. El Estado debe tener un plan, dicen.

Capuano asegura que la Argentina tiene capacidad de almacenami­ento para millones de dosis, y no va a recibir todas las vacunas al mismo tiempo. Todavía hay incertidum­bre sobre cuántas dosis llegarán al país y cuándo.

Las vacunas de - 75 grados se almacenan en ultrafreez­ers, que no son iguales a los freezers que se usan comúnmente que enfrían a aproximada­mente -17°. Cuando llegan a destino, como disponer de ultrafeeze­rs es muy relevante pero difícil de ejecutar, la jurisdicci­ón se encarga de que las dosis lleguen al centro de vacunación utilizando conservado­ras con hielo seco, y se debe ejecutar el proceso de vacunación dentro de los 5 días para que no pierda el efecto. Es un gran desafío porque en el mercado no hay camiones para - 75°, si lo hay para -20° y eso facilita las cosas para vacunas en ese rango térmico. “El suministro a la comunidad es la parte mas desafiante, hay que empadronar a la gente y garantizar que se apliquen las dosis”, cierra Capuano.

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Tienen más de 80 años, y hay que transitar también por caminos de tierra
No se sabe cuántas llegarán, ni cuándo, lo que dificulta la planificac­ión del almacenami­ento
Se necesita un gigantesco plan de empadronam­iento, para saber cuánta gente se va a vacunar de manera voluntaria
Si no se dispone de ultrafreez­ers, las vacunas que necesitan temperatur­as más bajas duran solo 5 días Tienen más de 80 años, y hay que transitar también por caminos de tierra No se sabe cuántas llegarán, ni cuándo, lo que dificulta la planificac­ión del almacenami­ento Se necesita un gigantesco plan de empadronam­iento, para saber cuánta gente se va a vacunar de manera voluntaria
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