Tensión en Chile tras la salida del jefe policial y un nuevo retiro de fondos de pensión
El director de Carabineros renunció luego de que dos menores fueron baleados; Piñera amenaza con ir a la Corte para frenar el uso de recursos jubilatorios para paliar la crisis
SANTIAGO, Chile.– En una nueva fase de la crisis política y social que atraviesa el país desde la revuelta popular de octubre del año pasado, y que gestó un plebiscito que determinó cambiar la Constitución, Chile elevó ayer su clima de tensión tras una serie de acontecimientos protagonizados por su policía uniformada que provocaron la renuncia del general director de Carabineros, Mario Rozas.
El incidente que terminó por sellar la salida del jefe policial ocurrió anteayer en un orfanato de la ciudad de Talcahuano, más de 500 kilómetros al sur de Santiago, cuando, en medio de un procedimiento, dos funcionarios balearon a dos menores de 17 y 14 años residentes de un centro del Servicio Nacional de Menores (Sename) de la Región del Biobío.
Los adolescentes recibieron heridas de bala en sus extremidades, mientras que uno de los carabineros involucrados en el enfrentamiento, con un grupo de ocho menores, sufrió una herida cortante y una fractura en el brazo. “En Chile hay un principio, que es el principio de responsabilidad en el uso de la fuerza, y eso involucra no solo a quienes ejecutan acciones de manera directa, sino también a quienes tienen la obligación de impartir órdenes”, criticó Patricia Muñoz, de la Defensoría de la Niñez, institución pública encargada de la promoción y protección de derechos de niñas y niños.
Con la polémica instalada y con cuestionamientos incluso de los propios partidos del oficialismo por la continuidad de Rozas, de profesión periodista, al gobierno no le quedó más que ceder ante la presión.
“El general director Mario Rozas me ha planteado su renuncia, me dio sus razones y argumentos. Yo comparto sus razones y argumentos y, en consecuencia, he aceptado su renuncia”, dijo el presidente Sebastián
Piñera, uno de lo máximos defensores de la gestión del uniformado, que fue objeto de críticas por las denuncias de violaciones de los derechos humanos en que incurrió la institución durante el estallido social del año pasado.
Precisamente, ese aspecto terminó por demoler la figura del jefe policial, que en sus dos años de gestión a cargo de carabineros recibió más de 36 querellas en la Justicia por su responsabilidad en delitos asociados al control del orden público y transgresión de los derechos humanos, que dejaron cerca de 400 heridos oculares por el uso de armas con perdigones en las protestas.
Además, la propia institución fue objeto de 2329 demandas en los tribunales y organismos internacionales, como la ONU, Human Rights Watch y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que en diferentes informes establecieron abusos por parte de las fuerzas del orden. Todo ese cúmulo de denuncias contribuyó a amplificar la imagen de Mario Rozas, que se convirtió en emblema de la represión durante el estallido social.
Presión sobre Piñera
Además de la crisis de los carabineros y la caída del jefe policial que varios analistas locales interpretaron como una derrota de Piñera, el mandatario ha estado en el centro de la polémica por su postura ante el avance del proyecto de ley que permite un segundo retiro anticipado del 10% de los fondos de pensiones privados.
La tensión política se elevó al máximo cuando, en un encuentro con empresarios, el propio presidente acusó a un grupo de parlamentarios de consolidar el camino para la “destrucción de la institucionalidad” y anunció que recurrirá al Tribunal Constitucional para bloquear el segundo retiro de los fondos de pensiones. “[El populismo] genera una sensación pasajera de bienestar, pero genera posteriormente consecuencias permanentes y gravísimas en la calidad del cuerpo social”, dijo.
La crítica del jefe de Estado al Congreso, por cierto, recibió de inmediato una dura respuesta de la oposición, que anticiparon la posibilidad de acusar constitucionalmente a Piñera y de generar, al mismo tiempo, las condiciones para que se produzca un nuevo estallido social, en medio de la debacle económica generada por la pandemia.
Incluso hubo algunas protestas en Santiago convocadas para cuestionar la gestión del mandatario en la crisis de carabineros y en la inacción del gobierno en relación con las medidas económicas y sociales de emergencia.
“En lo que sigue, será un gobierno de mera administración, pero en ningún caso se convertirá en un gobierno de gestión. Tiene un permanente bloqueo en el Congreso, incluso por parte de diputados y senadores de su propia coalición. En síntesis, el gobierno solo aspira a terminar de la manera más digna posible”, dijo Mauricio Morales, cientista político de la Universidad de Talca sobre el cada vez más complicado mandato de Piñera.