La Nueva

Los pibes no se achicaron y Liniers sigue prendido

Kimberley venía precedido de buenos antecedent­es, pero poco mostró en la avenida. La rotación no resintió la estructura del Chivo.

- Javier Oscar Schwab jschwab@lanueva.com

FUE 1-1 EN EL ALEJANDRO PÉREZ Ante Kimberley, que llegó al estadio Alejandro Pérez como uno de los punteros de la Zona 2 del Federal B, Liniers no se achicó.

Al contrario, con un equipo repleto de juveniles, jugó un partido correcto. En un trámite intenso y luchado --el campo de juego, blando y desparejo, no acompañó para nada-- impuso personalid­ad, determinac­ión y entrega para equiparar y, por momentos, superar al rival.

El conjunto albinegro trabajó con inteligenc­ia, orden y concentrac­ión. Se agrupó bien en su terreno, presionó durante gran parte del desarrollo y se adaptó mejor a un terreno muy mojado.

El andar más resuelto de los chivos en los primeros minutos otorgó beneficios. Porque Monzón y Montiel tomaron la iniciativa en el medio y Barez, recostado por la derecha, sorprendió a una defensa que no hizo pie.

Así llegó la apertura en el inicio. Montiel abrió para Stautiner por izquierda, éste mandó un centro para Pulgar, pero el balón lo sobró y le quedó servido a Barez, quien de cabeza exigió un manotazo salvador del golero Morata.

Apenas unos segundos de lamento porque de ese córner hubo un descuido letal. Barez, sin marca, volvió a conectar de cabeza, pero esta vez para marcar la apertura.

Liniers siguió merodeando el área rival y estuvo cerca del segundo, en tanto Kimberley aguantó y, una vez que hizo pie, ajustó algunos detalles en su disposició­n táctica para emparejar el juego.

Eso sí, el empate llegó mediante balón detenido luego de una atención de Monzón para con Diego Ramírez, reemplazad­o por lesión.

En ese tiro libre, Vico ganó de arriba, Partal rechazó con acierto, Galli le dio de zurda y Iubatti, en la raya, despejó con lo justo. Lamentable­mente el balón rebotó en el pecho de Solaberrie­ta y se introdujo en el arco.

Los últimos minutos fueron similares a los del complement­o. Liniers ratificó su imagen, mantuvo el ritmo y también sus intencione­s de achicar los espacios, incluso sin tener la pelota en su poder.

Eso sí, el cuadro de Tuya casi no ofreció fisuras en el fondo --Partal respondió siempre. Iubatti sacó todo, Herrera fue un buen ladero y los laterales se mostraron firmes-- y, cuando se pudo, se imprimió velocidad en los movimiento­s ofensivos.

Tuvo su chance Boris Herrera tras un gran desvío de Morata en una pelota envenenada de Monzón en un tiro libre, pero también Partal se lució ante una escalada de Palavecino y el posterior disparo de zurda al cuerpo.

Al final Kimberley se quedó sin piernas y Liniers, con Franzino y Acosta en cancha, fue en busca del triunfo. Estuvo cerca.

De ahí el reconocimi­ento de su gente. Comentá esta crónica en lanueva.com

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