Con los seis meses de toda la vida
CUANDO LA política mete la cola, pareciera que muchas cosas terminan por desnaturalizarse, o al menos se analizan muchas situaciones a partir de una subjetividad que de manera clara afecta la posibilidad de tener un conocimiento cierto, cercano a lo preciso o al menos equilibrado, de determinadas cuestiones. ES EN parte lo que ha ocurrido en las últimas horas con el egreso de los 300 estudiantes egresados de la Escuela Local de Policía, luego de cumplir con sus primera etapa de formación. ESTA CONSISTE en un curso de seis meses de duración, en el cual reciben una variada formación que los habilita a ser reconocidos como agentes egresados. DE ACUERDO con los programas oficiales que rigen en todas las escuelas de la provincia, no desde ahora sino desde siempre, esa es la preparación que recibe cualquier argentino de entre 18 y 30 años de edad, con estudios secundarios completos y “moralidad intachable”, que ingrese en cualquiera de las 12 escuelas de policía que funcionan en territorio bonaerense. VALE DECIR que aquellos políticos -funcionarios, concejales- que han puesto el grito en el cielo por considerar que es una “barbaridad” mandar a “estos chicos” -así los llaman- a la calle y armados, señalando que debieran cumplir antes con la segunda etapa de sus estudios, deberían dejar en claro su cuestionamiento general a la formación policial, considerando que ese es el tiempo de instrucción histórico y general para todos sus agentes. POR OTRA parte, no pareciera tampoco acertado cargar tintas con argumentos referidos a los uniformes que usarán los agentes, o si es lógico que porten armas, e incluso sugerir que están ahí no por vocación sino por necesidad laboral. QUE SEAN destinados a la denominada policía local no tiene diferencia alguna con cualquier otro destino, salvo que trabajarán en su ciudad, sin posibilidad de ser trasladados a otras localidades, como venía sucediendo hasta ahora. EL TEMA de la delincuencia es de una complejidad enorme, que responde a una variedad de factores y cuya solución requiere un cambio cultural integral, una educación adecuada, la generación de determinadas políticas de empleo, determinadas políticas de inclusión social, la lucha sistemática contra las drogas. LA POLICÍA combate las consecuencias, pero los políticos deberían atender las causas.
Muchas de las recientes críticas a la Policía Local, además de injustas, revelan cierta ignorancia sobre el tema.