La Nueva

Recordando a un pionero del tango

- Por Alberto Buela

racias a nuestro amigo Ricardo Báez, el dueño de la librería El gaucho, la mayor de libros usados del país, cayó en nuestras manos el inhallable Sesenta años de tango, de Carlos Marambio Catán (1895-1978), cantor, letrista, compositor, guitarrist­a y actor de la primera mitad del siglo XX. Solo le faltó fortuna publicitar­ia.

Marambio se inició como “cantor nacional” -así se llamaba en aquella época- en 1913 a la temprana edad de 18 años. Comenzó cantando en el Paraguay y de allí pasó a integrar un dúo con Saúl Salinas, a quien siempre consideró como su maestro. Y como cantor trashumant­e y viajero recorrió todo el territorio nacional, cantando en los uno y mil pueblos que lo integran. Al mismo tiempo que recorrió con el tango y el cancionero criollo Chile, Bolivia, Perú y Colombia.

Además viajó dos veces a Europa cantando en Italia, Francia, España, Portugal, Grecia, Egipto, Yugoslavia y Alemania.

Lo interesant­e de este libro es que sin ningún orgullo ni protagonis­mo nos cuenta cómo fueron esos primeros años del tango canción. Gracias a él sabemos de la existencia de los cantores y dúos ignorados por la historia oficial del tango. Así a Carlos Gardel, conocido por todos, debemos agregar a Fernando Nunziata, Curlando, Mathons (el tío de Osvaldo Miranda), Juan Fulginiti, el mencionado Saúl Salinas, nacido y asesinado en San Juan y creador del dúo Gardel-Razzano, Carlos Montburn Ocampo, Alfredo Pelaia, Arturo Navas, los hermanos Julio y Alfredo Navarrine, Julio Vega, Cruz Mateo, etc.

Nos muestra la vinculació­n entre la canción campera y el tango del primer período, aquel de Gobbi, Villoldo, Pepita Avellaneda, Celestino Petray, Arodanza las, Joaquín Castellano­s. Elías Regules, Gabino Ezeiza

Nos cuenta de los enfrentami­entos entre payadores y cantores nacionales que se daba en los distintos espectácul­os pueblerino­s, pues para los primeros, los cantores repetían letras de otros y para los segundos, los payadores cantaban tonterías. Así, por ejemplo, el payador decía: El cantor es como el loro Que repite torpemente Lo que escriben los poetas Tan inteligent­emente. A lo que replicaba el cantor: Como no soy payador, soy cantor Y voy a copar la parada: Prefiero cantar lo ajeno y bueno Y no improvisar pavadas.

El libro es un testimonio irrecusabl­e para comprender en plenitud los primigenio­s orígenes de nuestra primera criolla como decía Ángel Villoldo.

Marambio Catán colgó la guitarra en 1943, dedicándos­e a otras actividade­s artísticas. Compuso los tangos Buen amigo, El monito, Carlitos, El Choclo, Todavía estás a tiempo, Empanadas calientes, Acquaforte, Una noche de batida, Dónde está mi querer, Servite un amargo, Franco Solo, Bajo el viejo parral, Sunchales, A María, Tus trenzas negras, Allá en el viejo París, Apocalipsi­s, Mosaico arrabalero, La bolada, Pobre corazón, La ruleta, Lazos de seda, Perdida, Traiga veneno, Garçón, Sueño de amor, Todo corazón, Perjuria, Eras tú, Tengo celos, etc.

Aun cuando la fama le fue esquiva tuvo ciertos privilegio­s; estrenó el primer tango de Discepolo, Bizcochito (1924); le puso letra a El choclo y Gardel tuvo que aclarar que no era él sino Marambio quien hizo una grabación de Geniol. Fue Carlos Marambio Catán un criollo de pura cepa de los pies a la cabeza, que enalteció con sus creaciones el sentir propiament­e argentino. Al final del libro coloca un elenco de opiniones sobre el tango que resultan imperdible­s y algunas muy difíciles de comprender hoy día debido al oscurecimi­ento que se produjo sobre el tema, sobre todo por aquellos que adhieren a lo culturalme­nte correcto.

Termina el libro con un glosario de opiniones sobre el tango:

1) Es la música y la canción encargada de dispersar por la urbe la tristeza que recoge en el callado corazón criollo, sufriente y viril (González Muñón)

2) El tango es lo único que Buenos Aires no imitó de Europa (Macedonio Fernández)

3) Este tango que hoy se toca es demasiado científico, hay que sobrelleva­rlo, pero que no digan que es porteño (Borges)

4) Su melodía palpita en los sentidos del que lo escucha y en el físico del que lo baila, rozando instintos rebeldes (Vicente Rossi)

5) Es la primera conquista de América sobre el espíritu europeo (Talamón)

6) Es la danza popular más profunda del mundo (Waldo Frank)

7) Con el tango, la firme compostura del domador de potros salvajes se sustituyó, como fondo, a la dejadez negro napolitana (Keyserling) Alberto Buela es filósofo y escritor. Vive en Buenos Aires.

“Carlos Marambio Catán (1895-1978) fue un cantor, letrista, compositor, guitarrist­a y actor argentino de la primera mitad del siglo veinte. Solo le faltó fortuna publicitar­ia.”

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