Entre la indiferencia y la responsabilidad
PERROS. El ulular de una sirena de ambulancia y especialmente en horas de la noche, impresiona y sobrecoge. Siempre nuestro pensamiento desea que la persona a ser auxiliada, pueda recuperarse. Viernes a la noche, un servicio de emergencia cruza las calles haciendo sonar la alarma. Todos le dejamos paso y nos impresiona cuando cesa el sonido. Es evidente que el accidente es cerca. A pocas cuadras vemos las luces giratorias de la policía,llegó primero. Al costado de la vereda y lejos del grupo de curiosos, se ve un perro tirado. ¿De quién es? ¿Qué fue lo que sucedió? Nadie le presta atención, es simplemente un perro. ¿Pero qué somos? Así como nos preocupamos por un semejante, ¿no sería hora de también haya un servicio de ambulancia para los animales? Casi el 100% de ellos son mejores que las personas. Hagamos algo por otro ser vivo.
Claudia Curbelo