Saavedra no apoyará concursos de belleza
El CD prohibió que el Ejecutivo los “patrocine, permita o habilite”. La decisión tuvo respaldo unánime.
A PEDIDO DE UN GRUPO DE ALUMNOS Agencia Saavedra
A instancias de un proyecto presentado por alumnos de la Escuela de Educación Secundaria Nº 2 de Pigüé, el Concejo Deliberante de Saavedra dispuso que el municipio deje de patrocinar o apoyar los concursos de belleza.
La ordenanza -aprobada en forma unánime- determina que se deberá dejar sin efecto todo procedimiento administrativo que “patrocine, permita o habilite”, por parte del municipio de Saavedra, los concursos de belleza que involucren a personas.
La medida tiene efecto sobre todas las celebraciones, fiestas y eventos públicos que se desarrollen en el distrito, sin importar que el título en disputa sea el de reina, princesa, embajadora o similares.
También se dispuso que desde el Ejecutivo deberá promover actividades de concientización y sensibilización para desalentar, en el ámbito privado, este tipo de certámenes en los que se premie a una o varias personas por sus características físicas.
La ordenanza apunta a que este tipo de concursos sea desterrado de los festejos de aniversario y fiestas popula- res como las de la primavera y carnaval, entre otras.
Cosificación
En los fundamentos de la iniciativa se indicó que los concursos de belleza contribuyen a la “cosificación” de la mujer; es decir, la transforman en un objeto que debe ser valorado según su apariencia.
También se indicó que es un deber del Estado garantizar la protección de las mujeres y niñas, “quebrando el paradigma de la cosificación de la mujer y promoviendo medidas que eviten la violencia simbólica”.
También se citó que otras ciudades del país y la región están avanzando en la sanción de iniciativas similares.
"Los certámenes que pretendan alguna forma de apoyo municipal no podrán estar ligados ni asociados a la evaluación del aspecto físico de mujeres y hombres", se explicó. Discriminación. El Consejo Local de Mujeres de Bahía Blanca respaldó la ordenanza, bajo el argumento de que los concursos de belleza promueven la discriminación y la cosificación, lo que alienta prácticas ligadas a la dominación de las mujeres.