La “gran bomba” mató a 36 terroristas
El bombardeo en Afganistán con el proyectil GBU-43, apodado la “madre de todas las bombas”, terminó con una estratégica base del Estado Islámico y la vida de al menos 36 de sus miembros, aunque autoridades locales en la provincia de Nangarhar hablan ya de 92 muertos.
“Era el arma correcta contra el objetivo correcto”, indicó ayer el general John Nicholson, al hacer balance del bombardeo que se produjo ayer y en el que Washington dio luz verde al uso de la bomba convencional más grande empleada desde la II Guerra Mundial.