Cómo fueron los otros tres levantamientos
Los alzamientos carapintadas no acabaron en la Semana Santa de 1987 sino que se prolongaron hasta 1990, cuando una resuelta represión a los alzados terminó con la actividad de seis décadas del denominado “Partido Militar”.
Ocho meses después de rendirse en Campo de Mayo, Rico escapó del arresto domiciliario donde esperaba un juicio por rebeldía y se atrincheró en el regimiento correntino de Monte Caseros, con el mismo programa de reivindicación militar.
La tercera intentona carapintada fue encabezada en diciembre de 1988 por Mohamed Alí Seineldin, un nacionalista católico de buena reputación militar por su actuación en Malvinas, que tomó el destacamento militar de Villa Martelli, hoy convertido en el predio de Tecnópolis.
Miles de civiles rodearon el cuartel en la última de las cuatro jornada que duró el alzamiento, que concluyó con un baño de sangre con una decena de muertos por balas disparadas por la policía y desde el cuartel luego de la rendición.
El 3 de diciembre de 1990, ya con el peronista Carlos Menem en el poder, el mismo militar y sus seguidores tomaron el edificio Libertador hasta que un general artillero -y también veterano de Malvinasrecibió autorización presidencial para reprimirlos “con todos los medios”.
La derrota de los amotinados incluyó muertos, cañonazos y la humillación de ser exhibidos de rodillas y sin borceguíes, además de la posterior destitución y condena a prisión perpetua de su líder, quien fue amnistiado 12 años más tarde.