Qué decirles a los chicos cuando el terror nos deja sin palabras
La bomba en Mánchester detonó en un show de Ariana Grande, un ídolo mundial para el público adolescente y juvenil. ¿Cómo hablar sobre esta agresividad extrema con nuestros hijos?
El atentado terrorista de Mánchester ocurrió quizá en el sitio menos pensado: un recital de Ariana Grande, una cantante pop, ídolo de niños y adolescentes.
Entre los 22 muertos y más de 50 heridos hay varios menores de edad. El terrible suceso ha tenido una fuerte repercusión entre el público infantil y juvenil debido al éxito global de esta cantante. Seguramente, muchos niños y adolescentes de todo el mundo se están preguntando qué sucedió.
¿Cuál debe ser la respuesta de los padres? ¿Cómo debe tratarse el tema?
La primera certeza de los especialistas consultados es que no se les debe mentir a los chicos. Hay que abordar el tema, porque tarde o temprano se enterarán a través de las redes sociales o por algún amigo.
Horacio Maldonado, psicólogo educacional y docente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), explica: “Los adultos tendemos a subestimar a los adolescentes. Los chicos tienen una gran capacidad para entender. Hay que confiar en los jóvenes, en su capacidad de pensar, más allá de que no estén completamente documentados. Los jóvenes tienen una comprensión conmovedora de los fenómenos ordinarios y extraordinarios”.
En tanto, Claudia Torcomian, decana de la Facultad de Psicología de la UNC y experta en temas educativos, afirma: “Mentir nunca es una alternativa. Los padres deben hablar sobre esta clase de violencia extrema. Pero tampoco podemos decir que en todos los recitales va a pasar esto”.
Ese es otro aspecto que los adultos deben remarcar: se trata de un evento excepcional.
Georgina De Miguel, psicóloga clínica, asegura: “Es difícil para los adultos explicarles a los chicos el mundo violento que les estamos legando. Hay que adaptar las palabras a la edad de los niños y adolescentes para hablar de los problemas raciales o del terrorismo, que no tienen explicación. Es difícil porque a los adultos nos angustia poner a los chicos en contacto con esta realidad cargada de violencia y desigualdades”.
Griselda Cardozo, titular de la cátedra de Psicología Evolutiva de la Adolescencia en la UNC, asegura que es importante contextualizar lo ocurrido.
“Hay que poner en contexto la situación donde sucedió. Es un tipo de violencia extrema y excepcional. Una cosa es lo que se vive en Europa y otra cuestión es el contexto que se vive en nuestro país, donde tenemos otros tipos de violencia”, explica.
Belén Ruiz, psicopedagoga de la Fundación Apinep, entiende que son momentos muy difíciles los que se están viviendo en la sociedad a nivel mundial.
“No se puede prevenir porque no podemos cambiar la cabeza de los fundamentalistas. Pero desde su lugar de adolescentes tienen que honrar la vida, fomentar encuentros sanos. Divertirse sanamente sin buscar constantemente el límite porque, de lo contrario, están actuando de manera terro- rista con su propio cuerpo y poniendo en riesgo al otro”, destaca.
Torcomian agrega: “Hay que hablarles de modo sencillo, pero también hay que ofrecerles una idea o un proyecto al que puedan integrarse. La desesperanza no debe ser una opción para ellos. El plan es crear conciencia y que no naturalicen la idea de que este tipo de violencia existe y no se puede hacer nada con ella”.
La muerte, un tema tabú
Aunque el tema de la muerte puede ser un tabú para los niños y adolescentes, debe hablarse de ella a partir de los 10 años, cuando los niños empiezan a comprender de qué se trata, aseguran los expertos.
“Hay que hablar de la muerte y decirles que no es algo de todos los días, pero deben saber que es parte de la vida. Eso también sirve para que puedan apreciar la vida y para enseñarles que hay que tener cuidado con lastimarse y con lastimar a otros”, dice Torcomian.
Una oportunidad
Los expertos también coinciden en que el trágico hecho puede servir para abordar el tema de la
violencia en general.
“Ante situaciones traumáticas, hay que analizar serenamente, reflexionar, trabajar en grupo y no llenarse de pánico. Los movimientos de masas son emocionales y todo el mundo se contagia y nadie piensa en la catástrofe”, asegura Maldonado.
Mientras que Torcomian agrega: “Hay hechos de violencia que ocurren aquí, incluso en otros tipos de espectáculos, como un partido de fútbol. Es bueno que se aproveche esto para dar recomendaciones a los niños sobre cómo cuidarse”.
hay que confiar en la capacidad de pensar de los jóvenes, más allá de que no estén documentados. Horacio Maldonado, psicólogo educacional y docente de la UNC es bueno que se aproveche esto para recomendarles a los niños cómo cuidarse. Claudia Torcomian, decana de la Facultad de Psicología de la UNC