¿QUÉ PIENSAN LOS HOMBRES?
Segunda y promisoria temporada de Araceli González
Canal: señal de cable Utilísima - Horario: domingos a las 21 - Conducción: Araceli González - Género: entrevistas
Araceli González retornó con la segunda temporada de ¿Qué piensan los hombres?, un ciclo de entrevistas que el año pasado tuvo buena repercusión. Su futuro marido, Fabián Mazzei, fue su primer entrevistado en este regreso a la conducción televisiva de la modelo y actriz. Fue un diálogo nervioso, en el que Mazzei se vio varias veces en apuros y acorralado por las preguntas de Araceli, que en algunas de las respuestas conoció personajes y momentos de la vida de su compañero que parecía desconocer. Pero, a su vez, el hecho de que sean pareja desde hace seis años, hizo que la entrevista tuviera un cariz distinto y que, finalmente, ella recibiera y aceptase en el aire la propuesta de casamiento para el próximo diciembre (curiosamente, su ex marido, Adrián Suar, en pareja actualmente con Griselda Siciliani, confesó hace poco a la prensa que no volverá a casarse porque el casamiento está pasado de moda). Pero volviendo a esta primera entrevista, un supuesto “lado femenino” de Mazzei, encarnado por una actriz, apareció en una pantalla dándole consejos e ideas al actor que resultaron un momento muy divertido del programa. Este pasaje ya estaba en la primera temporada en la que pasaron por las preguntas indiscretas de Araceli, figuras como Guillermo Francella, Gonzalo Valenzuela y El Puma Rodríguez, entre otros. El programa propone un recorrido íntimo por el carácter y la personalidad de distintas figuras públicas, con nombres que van desde Diego Torres hasta Guillermo Cóppola. Cada invitado dejó su marca o su anécdota. Sebastián Estevanez, por ejemplo, le pidió a la conductora, en un corte, que le preguntara por su mamá porque quería hablar de ella y Diego Torres le resultó a Araceli otra persona muy distinta de la que conoció hace 22 años cuando ambos integraban el elenco de La banda del Golden Rocket. En la charla se genera un clima de intimidad en el que las figuras terminan por hacer confesiones impensadas que Araceli sabe capitalizar con picardía y humor.