Un lugar para estudiar
Comienzan las clases y con ellas las exigencias de las tareas escolares. Los padres podemos colaborar, generando en nuestro hogar espacios que contribuyan a la concentración y, de este modo, ayudar a nuestros hijos a disfrutar más del placer de estudiar. A los niños les gusta jugar. Y es muy común que si no cuentan con espacios destinados a cumplir con sus tareas se vean tentados a entretenerse rápidamente con cualquier otra actividad. Diseñar un espacio para que puedan enfocarse con facilidad es una manera sutil de demostrarles que nos importa que cumplan con sus quehaceres.
Y los colores pueden jugar un rol muy importante a la hora de despertar la concentración y la creatividad. Muchas veces nos encontramos con que el dormitorio tiene dimensiones pequeñas, pero esto no es impedimento para acondicionarlo como un lugar íntimo, luminoso y lleno de encanto. Los detalles son los grandes protagonistas a la hora de conseguir una atmósfera sosegada. Los matices fríos, azules y lavandas, y neutros, son ideales para los espacios en los que se busque generar concentración; siempre se puede añadir un accesorio de color de acento, para personalizar el cuarto. Contra un fondo de crema cálido, destellos de color brillante agregan energía artística. El amarillo limón y el verde manzana crean una sensación lúdica, al tiempo que el fondo relajante de neutros dorados conecta el resto del espacio. Pero también se dice que el verde mejora la concentración. El estrecho vínculo entre los verdes pálidos suaves y la naturaleza hace que el color, muchas veces, sea percibido como un tono relajante que ayuda a bajar el estrés y evita los sentimientos negativos. Por eso los teatros y estudios de televisión tienen un “cuarto verde”, un lugar donde los artistas se pueden retirar para relajarse antes de su aparición. Los amarillos, en todas sus gamas, estimulan la creatividad y a la vez son grandes aliados para iluminar cuartos pequeños. Tonos soleados de lima, vainilla y menta aportan calidez a un dormitorio frío y crean una atmósfera despreocupada y relajada. Un recurso divertido y original es decorar una pared con pintura especial de pizarrón. El estudio puede ser una actividad lúdica si le otorgamos herramientas que permitan interactuar con la tarea. El color tiene un poder transformador en la vida de las personas, lo importante es saber elegir los tonos apropiados para hacer de un rincón de nuestro hogar el lugar que anhelamos.