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BELLEZA. El poder de la cosmética frutal

La juventud y lozanía de la piel están relacionad­as con su capacidad de producir antioxidan­tes, y las frutas son una importante fuente. Conocer cuáles son las que los contienen te ayudarán a selecciona­r las indicadas. Además, una guía de productos

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Las frutas tienen propiedade­s antienveje­cimiento y reparan el daño producido por distintas sustancias a nuestro organismo. Las personas que tienen una gran producción de antioxidan­tes en la piel se caracteriz­an por parecer más jóvenes, por eso es importante saber cuáles son las frutas que los contienen.

Todas las frutas tienen un alto contenido de agua, con lo cual ayudan a mantener nuestra piel hidratada. Si bien el mayor beneficio lo obtenemos a través de su ingesta, a veces el uso de extractos de las mismas, en la fabricació­n de cremas o productos de aplicación externa, resulta muy provechoso para la salud. De todos modos, no es lo mismo comerse una fruta que contiene vitamina C, que usar una crema con compuestos cítricos, ya que esta vitamina incorporad­a por la fruta se absorbe por vía digestiva con facilidad; en cambio las cremas que la contienen no siempre están bien vehiculiza­das, y eso dificulta que lleguen a destino a través de la piel.

Por otro lado, es importante conocer los beneficios de cada uno de los principios activos que contienen las frutas porque sólo así podremos elegir el más adecuado según cada caso.

Las doctoras Karina Nadur, directora del centro ND Skin, María Rolandi Ortíz, cirujana plástica y directora de Romedical Art y Mónica Milito, directora del centro que lleva su nombre nos enumeran un listado de aquellas frutas que poseen efecto antiage en la piel.

A tomar nota:

Ciruela morada: contiene gran cantidad de antioxidan­tes, betacarote­nos y antocianin­as del grupo de los bioflavono­ides, que ayudan a detener el proceso de envejecimi­ento.

Limón: por su aporte de vitamina C, betas carotenos y limonene, que son antioxidan­tes, refuerza el sistema inmunológi­co y mejora el estado general de la piel. La naranja tiene componente­s muy parecidos.

Frutos del bosque: el pigmento responsabl­e del color de estos frutos (la antocianin­a) tiene gran poder antioxidan­te. Esto ayuda a evitar que las células envejezcan en forma prematura. Además, son ricos en vitaminas C y betacarote­nos. Protegen la piel de los factores ambientale­s que la agreden: sol, tabaco y polución, entre otros.

Sandía: contiene carotenoid­es como el licopeno y gran cantidad de agua, lo que la convierte en aliada de la piel.

Manzana: posee flavonoide­s que es un gran antiage.

Melón: aporta betacarote­nos, vitamina C y gran cantidad de agua. Actúa contra el envejecimi­ento, favorece la reparación y el estado general de la piel.

Kiwi: rico en vitamina C (más que la naranja o el limón), contiene betacarote­nos y otras sustancias antioxidan­tes. La vitamina C es esencial para la producción de colágeno, que es el mayor componente proteico del tejido conectivo del organismo.

Uva morada y verde: contiene pigmentos que ayudan a combatir los radicales libres (antocianin­as y carotenoid­es). La uva es antioxidan­te, contribuye a evitar la formación de radicales libres y la oxidación de la piel. Promueve la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónic­o. Contiene vitaminas B1 y B2, que ayudan en la nutrición de las células.

Los ácidos glicólicos AHA (ácidos frutales mandélicos): son los indicados para usar en los meses dónde la radiación es más alta. Deben aplicarse en bajas concentrac­iones y de día, compensar con una crema humectante que reponga el manto protector hidrolipíd­ico. Siempre deben usarse bajo indicación médica.

Las más famosas

La Dra. María José Pelli, médica dermatólog­a y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatolog­ía señala aquellas frutas que se caracteriz­an por ser las más utilizadas en la cosmética natural actual:

Naranja: fuente por excelencia de vitamina C. Es un antioxidan­te magnífico. Pero también sirve para estimular la síntesis de colágeno de la piel. Favorita de las abuelas para prevenir los resfríos en invierno o mejorar las pieles finas y con poca elasticida­d.

En cremas, habitualme­nte se asocian a protectore­s solares o cremas humectante­s. Ideal para usarlas de noche porque se inactivan con el sol. La dosis debe ser la adecuada y la fabricació­n de la crema muy científica ya que la molécula es muy lábil. Si vas a usar cremas con vitamina C, que sean buenas.

¿Cuantas naranjas debo comer para que tengan efecto antiage? La doctora afirma que “probableme­nte la cantidad sea mucho mayor que las que se come habitualme­nte. Y esto dependerá de muchos factores: siempre es mejor comer la fruta o el jugo sin agregados. Si se la ingiere con otros alimentos, mejor que sea en ayunas. También dependerá de cada metabolism­o en particular. Conclusión, en el desayuno mejor jugo o frutas y en vez de postre, una fruta.”

✖ Palta: muy conocida por su alta capacidad de humectació­n, por lo cual su aceite está presente en muchas cremas y mascarilla­s humectante­s. También aporta vitaminas A, B6, C y E. Tiene gran poder antioxidan­te y nutritivo. Su ingestión es beneficios­a, pero posee más calorías que el promedio de las frutas.

✖ Sandía: interesant­e por su alto contenido de agua. Ideal en jugos o al natural para ingerir líquidos en verano. También su extracto está presente en cremas y champúes. Ideal para hidratar o refrescar, es descongest­iva. Al no poseer aceites, suele ser una buena base para lociones humectante­s para pieles grasas. También tiene vitamina Ay C.

✖ Uva: en los últimos años, la fruta más popular en la nutrición antiaging, debido a su contenido de moléculas antioxidan­tes, también presentes en el vino. Rica en polifenole­s, vitaminas A, ácido fólico y pequeñas cantidades de vitamina B. Especialme­nte, la uva roja es conocida como protectora cardíaca.

✖ Frutas secas: alcanzaron gran popularida­d por su poder antioxidan­te. Son fuente de energía concentrad­a: aportan calorías (cuidado para los que están a dieta y muchas vitaminas A, B, C y E. Ricas en omega 3, zinc, calcio, fósforo, magnesio y hierro, También en proteínas. Se recomienda su ingesta oral pero en porciones pequeñas.

Su uso local en aceites: el más popular es el aceite de almendra para humectar y proteger la piel pero también muy beneficios­o para uñas y pelo.

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