En Alta Córdoba, Instituto venció 1-0 a Mitre, hilvanó la segunda victoria al hilo y se acomoda en la tabla.
Poniendo el alma y el corazón, la Gloria le ganó un partido clave a Mitre de Santiago del Estero. Tres puntos vitales. Lo aguantó y dejó todo.
El corazón late más fuerte que de costumbre. Y las piernas duelen. Las de los de adentro, de tanto ir al piso y meter, y las de los de afuera, en la platea, de tanto patear el cemento.
Es que Instituto anoche tuvo una batalla. Pero el equipo de Darío Franco se subió al ring porque está dispuesto a dar batalla.
Ya lo había demostrado contra Temperley, cuando el equipo se levantó y cambió la actitud en el momento justo. Se hizo más guerrero, más batallador.
Y anoche, ante Mitre de Santiago del Estero, por la novena fecha, fue eso: una guerra.
El Albirrojo logró pegar en el momento justo y después, aguantar. Puso alma y corazón, para cerrar un triunfo necesario y vital por 1-0. Así hilvanó su segunda victoria consecutiva y se metió en puestos del Reducido. En el momento justo del campeonato.
Carambola a favor
Si hay algo que necesitaba el equipo de Franco en este momento que atraviesa en el torneo era meter un gol rápido, para entrar bien al partido que le urgía ganar de local. Y el destino esta vez le jugó a favor, porque a los 7 se puso en ventaja. Un centro de Canever encontró la cabeza de Vegetti, que la metió al medio. Y luego de que Ellacópulos le diera al palo, los defensores de Mitre hicieron todo lo posible para que la pelota sí entrara. Fue en contra para el 1-0.
El Albirrojo tenía la iniciativa como en cada partido de local y la pelota, aunque los santiagueños proponían. La noche le sentaba bien al local, con Navarro manejando los hilos, Aguirre siendo pilar del fondo y Vegetti olfateando siempre el gol.
Más balanceado que en los anteriores partidos de local (con la presencia de Flores como later-alvolante derecho y Endrizzi haciendo las coberturas), pudo haber aumentado el marcador antes del cierre de la primera etapa.
Si Mendoza hubiera tenido un primer tiempo más fino, seguramente así hubiera sido. Igualmente, aunque las cosas no le salieran, el “10” fue al piso y mostró compromiso. Como todos.
Al estilo Franco
El complemento no tuvo paz y sí emociones, adrenalina. Franco fue expulsado por protestar un lateral apenas comenzado el segundo tiempo y pasó a dirigir desde la platea baja.
Adentro de la cancha, Mitre presionaba y atacaba, dejando algunos espacios.
Instituto se fue metiendo atrás y perdió totalmente el control de la pelota. Entró “Nacho” Antonio para dar una mano en la recuperación, en un momento crítico.
Los minutos finales fueron puro sufrimiento y lucha. Desde Vegetti peleándose contra todos, como imagen simbólica. Su estrella también se fajó por el equipo.
Instituto las peleó a todas a rabiar, dejando la piel y más también. El Albirrojo está de pie. Como lo quiere ver su gente: poniendo el corazón en la cancha. Así, le va a dar pelea a cualquiera.