Olé

UNA CASACA ESPECIAL

El viernes fue el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama y, para ayudar a tomar conciencia de esta enfermedad que se puede prevenir, Independie­nte ayer utilizó una camiseta especial, de un tono coral. Bien ahí.

- POR JUAN JOSÉ MARÓN jmaron@ole.com.ar

Hay algunas verdades (cuestionab­les, por supuesto) que en el fútbol de vez en cuando salen a la luz para bajar algunos mitos nuestros plagados de exitismo: por ejemplo, ayer en Avellaneda quedó en evidencia que los partidos los ganan los jugadores por más que tengas en el banco a Superman de entrenador. Si el volante que tenés enfrente la pisa, la toca y la ves pasar y pasar, no hay indicación táctica que sirva. Si el nueve pica al vacío y te saca tres metros, no hay conito ni flechita en el pizarrón que logre frenar la diferencia. Independie­nte bajó a tierra a Huracán. Le demostró que es muchísimo más equipo. Por escándalo. Lo dice Serrat: nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Y lo que se vio en cancha fue contundent­e: el Rojo lo aplastó desde que arrancó el partido, jugó al gato y al ratón y hasta le hizo precio. No hay vueltas.

En apenas 15 minutos, el equipo de Holan le había creado al Globo cinco situacione­s de gol. Una entró, la de Gigliotti cuando apenas iba un minutito de juego, con un pase descomunal de Gaibor, el ecuatorian­o al que todavía lo están estudiando porque no le sacan la ficha, el que se destapó de una buena vez para dejar en claro que tiene talento, toque profundo y visión de juego. Bienvenido. La voracidad del Rojo se evidenció en la presión alta, en la rotación de los volantes y, sobre todo, en la rapidez en la transición defensa-ataque. Jamás hubo equilibrio de fuerzas. Porque mientras Gaibor triangulab­a con Meza y Benítez, el mediocampo de Huracán sólo la vio pasar. Se notó la ausencia de Damonte. El doble cinco jamás contuvo, los volantes externos no se metieron en juego y el fondo hizo todo casi mal. Si los muchachos de Lechuga tuvieron alguna chance de soñar, fue por alguna pelota parada. Pero no siempre el rival se descuida y lo paga.

Independie­nte hizo, tal vez, su mejor partido en mucho tiempo. No hubo puntos bajos. Sí un laburo colectivo sólido. El equipo supo amalgamar dos aspectos del que poco pueden jactarse: tiene pausa (Meza y Gaibor) con explosión (Benítez y Cerutti). A todo esto, cuenta con un delantero de área que, como él dice, está en su mejor momento: todo lo que le cayó a Gigliotti fue gol o peligro de gol. Si el nueve hubiese estado más fino, hubiese sido un afano suspendanl­o... Pese a las bajas por lesiones, a los jugadores que llegaron sobre la hora de sus viajes con sus seleccione­s, el Rojo dejó en claro que eso de pelear la Superliga no es verso. Jugó un partido de la san Puma.

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