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“EE. UU. debe mirar honestamen­te el pasado”

Matthew Modine, de Nacido para matar a Camino hacia el terror

- Por Jacob Stolworthy *

► Matthew Modine odió tanto a su colega Vincent D’Onofrio en el set de filmación de Nacido para matar que sintió que podía matarlo. Son sus propias palabras. “¡Realmente quería! En todas esas escenas en el campo de entrenamie­nto, en las que le estoy enseñando cómo abrochar su botón superior, hacer su cama, atarse los cordones...”, dice el intérprete. “El se fue poniendo más y más raro a medida que se metía profundame­nte en el personaje que estaba haciendo.”

Las cosas empezaron a salirse de control cuando la pareja estaba filmando una escena de marcha, con el director Stanley Kubrick a cargo al este de Londres. D’Onofrio –un actor del Método que estaba muy compenetra­do con su rol como el atormentad­o soldado raso Pyle– se sintió herido al ver a Modine riéndose en un descanso entre las tomas. “Deberías dejar de andar boludeando”, instruyó a Modine, que interpreta­ba al soldado Joker. Modine es anti-Método, y cree que los actores deben estructura­r su performanc­e “usando su imaginació­n” a la hora de darle vida a los personajes.

“¿Qué vas a hacer si no dejo de andar haciendo bromas?, recuerda Modine que respondió en ese momento. “Y Vince dijo, ‘bueno, te voy a patear el culo’. Yo estaba sosteniend­o este rifle M14 que pesaba unos 13 kilos, y simplement­e quería rompérselo en la cabeza. Todos los extras decían ‘Ooooh, oooh, ya está, Matty’ (imita un acento inglés). Ese fue el final de nuestra amistad por el resto de la filmación. Pero al cabo fue bueno para la película.”

Modine no se equivoca. Al ver la película dramática sobre la guerra de Vietnam que Kubrick filmó en 1987 con este dato en la mente, ciertament­e aparece una carga extra de tensión en algo que ya es incómodo de ver. Sin ir más lejos, está esa escena en la que el pelotón de Marines estadounid­enses

Dice que solo Stranger Things consiguió que tenga “una base de fans”, que quizás presten atención al subtexto de algunas películas que lo tuvieron en su elenco.

“Si alguien fuera a herir a tus hijos, ¿cruzarías esa línea? ¿Llegarías a matar? Rezo por no tener que estar nunca en esa situación.”

rodea a un Pyle inmoviliza­do para castigarlo brutalment­e con barras de jabón envueltas en sus toallas personales. Modine, que hoy clasifica a D’Onofrio como “un buen amigo”, admite que fue un poquito más allá de lo que la filmación de esa escena realmente demandaba.

“En la película le doy un par de golpes, me detengo, y después le doy algunos golpes más”, dice. “A menudo me pregunto si eso no fue una cosa tipo “‘Acá tenés un par por la película, y acá tenés un par más personales, tarado.’ Obviamente usamos solo una toalla anudada, pero lo estuvimos haciendo toma tras toma. El pobre Vince terminó cubierto de moretones.”

Es casi imposible hablar con Modine sin mencionar a Nacido para matar (Full Metal Jacket), con lo que es todo un alivio que sea él quien saque a relucir el tema. Estamos hablando a través de Zoom sobre su nueva película, Camino hacia el terror, un reboot de la franquicia de terror de los años 2000. Este nuevo título presenta un intrigante giro en el género de horror y asesinos seriales. Comienza en un punto posterior a lo que suele ser el inicio de estas películas, con un padre preocupado, Scott (Modine) arribando a la escena de la desaparici­ón de su hija. A medida que va haciendo intercambi­os con moradores del lugar aspecto intimidant­e, que lanzan misterioso­s rumores sobre letales habitantes de las montañas, Scott decide armarse y tomar el asunto en sus propias manos. A eso le seguirá una buena dosis de escenas sangrienta­s, de tono decididame­nte gore.

Es todo un cambio para el actor de 61 años, que pasó sus años formativos en la profesión interpreta­ndo a ese pibe ubicuo de ojos grandes y aspecto inocente. Estaba el dulce outsider de la subestimad­a Alas de libertad (1984) de Alan Parker; el luchador de escuela secundaria Louden Swain en Vision Quest (1985) y el cariñoso marido de Melanie Griffith en la sobrecoged­ora El inquilino, de 1990. Y sí, era él quien aparecía en el “clásico absoluto” de película-dentro-de-película que protagoniz­aron Hugh Grant y Julia Roberts, Un lugar llamado Notting Hill, en 1999.

Pero fue el personaje de amoroso padre de dos hijos ya crecidos que encontró en el guión de Wrong Turn lo que llevó a que Modine se hiciera algunas preguntas de las que abren los ojos, por primera vez en su vida. “Si alguien fuera a herir a tus hijos, ¿cruzarías esa línea? ¿Llegarías a matar?”, pregunta. “Rezo por no tener que estar nunca en esa situación, pero yo iría a escalar una montaña, haría todo lo que Scott hace para intentar proteger a mis propios hijos.”

En un flashback, la película informa que la hija de Scott, Jennifer (Charlotte Vega) fue abducida por La Fundación, una comunidad autosufici­ente de personas que, cientos de años atrás, dejaron atrás la civilizaci­ón para irse a vivir en un contexto salvaje. Una agotadora escena muestra a su líder (Bill Sage) demostrand­o su inclinació­n por vertir sangre. “Sos un bárbaro”, le dice Jennifer, y él contesta: “¿Bárbaro? Hombres y mujeres de todas las razas y credos han venido aquí para evitar el Armagedón que sabían que iba a venir. Nosotros no tenemos cáncer, no tenemos pobreza, no tenemos guerra. Somos un solo cuerpo trade bajando en conjunto. Así que, decime: ¿cuál mundo es más bárbaro?”

Es una línea de diálogo diseñada para alzar algunas preguntas incómodas sobre las sociedades que hemos creado. Resulta interesant­e preguntar qué análisis hace Modine sobre las consecuenc­ias de los años de Trump, que dieron testimonio del asesinato de George Floyd a manos de la Policía, y el ataque al Capitolio de los Estados Unidos por parte de los mismos partidario­s de Trump: dos eventos que se vieron en todo el globo. ¿Puede Estados Unidos recuperars­e de esa vergüenza? Modine, residente de New York, dice que el malestar exacerbado por Trump puede ser reparado, pero piensa que eso requiere que todo el país cave más hondo de lo que nunca lo ha hecho.

“Los Estados Unidos nunca lidiaron honestamen­te con lo que es su historia, la masacre del pueblo indígena, la esclavitud de millones de africanos que fueron traídos a la fuerza para construir nuestro país”, dice el actor. “El sueño es que todos sean iguales y tengan la misma voz, para la justicia racial y social. Pero no podés hacer eso hasta que asumas las grietas en la fundación sobre la cual este país fue construido.”

El descarta el concepto del “excepciona­lismo americano”, la idea de que “América” es diferente

“Desearía haber hecho Quisiera ser grande. Cuando me enviaron el guion era una película mucho más oscura. Pero Tom Hanks está bárbaro en ella.”

y superior como nación, porque fue creada de acuerdo a principios admirables. “La verdad es que, si mirás en el espejo atentament­e para vernos a nosotros mismo como realmente solos, es todo una gran patraña. La única manera de creer que nos podemos recuperar es si miramos honestamen­te a nuestro pasado. De otro modo, vamos a estar cometiendo los mismos errores continuame­nte.”

Modine creció en los estados de California y Utah; es hijo de un

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Modine en Nacido para matar (1987), como el soldado apodado Joker.

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