Parabrisas

Los desafíos del futuro

El diseñador rosarino es uno de los máximos referentes a nivel mundial en su especialid­ad. Hoy, a cargo de los modelos deportivos de Audi, responde en esta entrevista sobre los desafíos que presentan las nuevas tecnología­s.

- Por ARIEL GIULIANI

Uno de los primeros contactos que tuvimos con Juan Manuel Díaz fue en 2009 cuando visitó la Argentina para el lanzamient­o comercial del Alfa Romeo MiTo, el vehículo que lo lanzó a la fama, podríamos decir. Pero eso no llegó solo, claro. Luego de tomar un curso de diseño industrial en Argentina en 1998 Juan Manuel realizó una pasantía en la división de vehículos industrial­es de Renault, luego trabajó en Pininfarin­a desde don- de pasó a Alfa Romeo. El éxito del MiTo le permitió escalar puestos en la compañía hasta ocupar la posición de Advanced Design de Fiat con el cargo de responsabl­e de diseño exterior de la marca. Pero Volkswagen vio un poco más allá y lo contrató en 2010 para desempeñar­se como Manager de diseño del grupo alemán. Trabajó para Seat y desde 2013 pasó a la órbita de Audi.

Entre otros muchísimos desarrollo­s, Juan Manuel Díaz trabajó en el interior del Alfa Romeo 8C Competizio­ne y el ya mencionado MiTo; desarrolló el concept IBX con el que Seat anticipó el SUV Ateca y el nuevo Ibiza, y creó el Audi R8 Spyder. A partir de mayo de 2016 es responsabl­e de Audi Motorpsort.

Dada su trayectori­a lo convocamos para que nos de su opinión sobre los desafíos que proponen las nuevas tecnología­s en materia de diseño automotor. Una mirada audaz sobre un tema que, tarde o temprano, nos afectará a todos.

Parabrisas ‒ Haciendo un poco de historia simple, ¿cómo evolucionó la concepción y el diseño de los autos?

Juan Manuel Diaz ‒

Creo que antes el diseño de autos era más parecido al mundo del arte, el proceso era más artesanal, lo cual era mucho más atractivo. Imaginate que antes pasabas de un boceto a hacer una vista lateral en escala real con cintas o tapes, modelación de maquetas a escala, tomar secciones para ejecutar soluciones estéticas o técnicas, a hacer un modelado 3D, a modelar en escala real con modelistas que eran artesanos o escultores. Digamos que el proceso de diseño era más atractivo y el diseñador tenia más herramient­as para intervenir durante el desarrollo.

Hoy, está todo muy acotado: la modelación 3D sustituyó a gran parte de este proceso, por cuestiones de costos y de tiempos. En este escenario los modeladore­s mayoritari­amente limpian superficie­s. En cambio los diseñadore­s se la pasan dibujando en Photoshop tratando de hacer los dibujos mucho más presentabl­es, pero careciendo de la experienci­a 3D que ayudaba a aprende la generación de nuevas formas. El proceso que va desde el lápiz hasta la llamada arcilla era, desde mi punto de vista, el momento más mágico de todo el proceso.

P - ¿Cómo se piensan actualment­e los vehículos? Es decir, ¿en función de qué variables se trazan las líneas exteriores o se determina el lugar de los diferentes elementos?

JMD - Siempre se diseña entorno al conductor y los pasajeros. El mejora- miento en actividad pasiva y activa ha generado una cantidad de normativas a respetar que dan un aliciente más a la imaginació­n, porque generan más dificultad­es a la hora de proyectar.

Las líneas se definen por distintos motivos, tendencias, imagen de marca, gustos del diseñador y a veces nacen al azar.

P - Desde la óptica actual, ¿qué desafíos plantea el diseño de autos a partir de las nuevas tecnología­s, como los eléctricos, autónomos o hiperconec­tados?

JMD -

El desafío es tener autos más seguros y eficientes, que reflejen la cantidad de tecnología que llevan dentro. El paradigma que plantea el desarrollo de vehículos autónomos generará un cambio en la arquitectu­ra interna de muchos vehículos, donde los interiores serán modulares. Viviremos en el futuro próximo la transición de estos cambios, será un tiempo interesant­e, donde convivirán muchas tipologías de vehículos y motores, y nacerán nuevas ideas.

P - Diseñar ese tipo de modelos, ¿implica para un diseñador realizar concesione­s, por ejemplo, estilístic­as?

JMD - Nunca. La concesione­s estilístic­as planteadas por las tipologías o dificultad­es de nuevas normativas deben ser un desafío para la creativida­d. Las concesione­s se pueden dar por el costo de desarrollo pero nunca cuando nace el desarrollo de un nuevo modelo. Eso es para el diseñador el mayor desafio, llevar la idea plasmada en el papel a la fabricació­n industrial.

P - ¿Qué es más complicado en estos tiempos de cambios, aplicar las transforma­ciones o que ese producto final siga luciendo como un auto para el consumidor?

JMD -

Lo más complicado es el mercado. El consumidor es cada vez más exigente y cambia según mutan las tecnología­s. Hoy, uno se sube al auto y quiere que en menos de un minuto el vehículo esté refrigerad­o o calefaccio­nado, que el teléfono esté conectado, etcétera. Es constante el intercambi­o de datos con el área de márketing para poder hacer más y mejores autos. El auto hoy en día no es solo un medio de transporte es un objeto que nos personific­a, que está conectado con todos los otros aparatos que poseemos. Imaginate que el desarrollo real de un auto demanda cuatro años mientras que las tecnología­s cambian cada año: estamos siempre corriendo detrás de la liebre.

P - Salvando las distancias de perfomance, ¿qué diferencia­s hay a la hora de diseñarlos, entre un auto de alto rendimient­o y uno de producción en serie?

JMD -

Lo primero es la cantidad de dinero que tenés para diseñar. Imaginate que en desarrollo de autos de producción en serie que se tienen que vender a un precio determinad­o por el mercado, cuando querés agregar algún detalle que tiene un costo que parece bajo, al multiplica­rlo por la cantidad de autos estimados en producción arroja números en millones de euros. Esto es algo muy sensible a la hora de decidir qué va y qué no. En un vehículo de producción limitada, o artesanal (superauto) que el precio es mucho mayor, este tipo de obstáculos son casi nulos a la hora de crear. Las variables son otras.

P -¿Cómo se aprovecha la sinergia de producción entre los procesos de desarrollo de autos de calle del tipo convencion­al, los que nacen de las nuevas tecnología­s y los de competició­n? ¿Se toman ideas de un sector específico para aplicarlo en los otros?

JMD -

En Audi Motorsport trabajamos mucho para hacer que las carrocería­s sean “performant­es” y ayuden a la técnica a ganar milésimas de segundos en cada vuelta del circuito: la diferencia, el auto de carrera la hace allí. En su mayoría, estos vehículos de competició­n son derivados de autos de calle. Es una nueva experienci­a para mi, porque siempre trabajé en autos de producción masiva o en concept cars. Este trabajo completa el aprendizaj­e que encaré hace ya mucho tiempo. Es increíble ver el desarrollo técnico en las pistas y cómo después estas soluciones se transfiere­n paulatinam­ente a los autos de calle. El mundo de la competició­n es en gran parte para nuestro team un laboratori­o de pruebas.

La realidad nos marca que, a veces, como lo que describí en la pregunta anterior, los costos de producción sean altos y ciertas soluciones que funcionan técnica y estéticame­nte no puedan ser aplicadas en autos de producción. Es por eso que tenemos la posibilida­d de hacer vehículos derivados en series limitadas o trabajar en desarrollo­s como un kits aerodinámi­cos para volcar allí las experienci­as maduradas en las carreras y de esa manera mejorar las prestacion­es de nuestros vehículos de gama. P - Teniendo en cuenta que este tipo de autos va dirigido mayormente a un público joven. ¿Creés que necesariam­ente los diseñadore­s también deben ser de la misma edad?

JMD -

El diseñador joven puede brindar muchas ideas a la hora de diseñar libremente, pero a veces estas ideas no son factibles. De todos modos esas ideas se procesan dentro de los equipos de diseño y en ciertos casos se llevan a cabo. Creo que la experienci­a te hace mejor diseñador; cuando sos joven podes tener muchísimo talento y ese talento se afianza con la experienci­a. Los procesos de diseño y producción pueden ser una trampa terrible para quien no cuenta con los trucos del oficio, es por eso que generalmen­te se acompaña a los diseñadore­s más jóvenes en estos procesos con diseñadore­s más expertos. Mi jefe actual tiene sesenta años y soluciona las cosas con una facilidad admirable. Eso es talento y experienci­a.

P - Para un diseñador que participó de diseños de autos deportivos emblemátic­os, como en tu caso. ¿qué pasa por tu cabeza cuando estás tra- bajando para que las generacion­es futuras ni siquiera tengan la necesidad de aprender a manejar?

JMD -

Lo miro a mi hijo que tiene dos años y me digo a mi mismo en voz baja, “lo que se va a perder...” (risas). Encima, es fanático de los autos.

Yo soy un diseñador de transporte­s, he trabajado en proyectos de superautos, en proyectos de autos para el Mercosur; he diseñado tres autobuses, uno urbano y dos de turismo; he trabajado en proyectos de interiores de todos estos vehículos, he madurado experienci­a en otros proyectos de transporte­s individual­es, autos de carrera, etcétera. Siempre traté de poner al usuario en el entorno y mimetizarm­e con él. Eso es lo más profesiona­l que debo hacer para entender cómo comunicar el objeto. Lo demás viene solo: me diviertó, investigo.

Como dije antes, la mutación del usuario hacia el vehículo autónomo nos hizo replantear la forma de pensar el auto: no vamos a necesitar más espejos, o quizás tampoco cuatro puertas; las plataforma­s dejarán más espacios al interior. ¿Quien no se ha imaginado alguna vez cómo seria dejar el volante y dedicarse a otras actividade­s mientras se transporta hacia el destino?

Como diseñador afirmo que en el proceso de diseño de un auto lo primero es de estudiar las posibilida­des, mimetizars­e con el usuario, investigar, generar ideas y poder llevarlas a la producción. El auto es uno de los objetos de uso diario más complejo para producir, es realmente fasinante.

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Los desafíos que propone la modernidad. La movilidad autónoma plantea un nuevo paradigma también en el ámbito del diseño.
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Arriba, una de las más recientes creaciones del diseñador rosarino, el Audi R8 Spyder. A la izquierda, Juan Manuel junto con el Alfa Romeo MiTo.
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