Perfil Cordoba

ReMUNeraCi­oN y TieMPo De CUiDaDo Trabajo invisible: el debate por la distribuci­ón de las tareas del hogar

- PATRICIA VALLI

Sólo en la Cámara de Diputados hay más de veinte proyectos con estado parlamenta­rio con propuestas para modificar las licencias por maternidad, paternidad o adopción que ensayan distintas variantes para aumentar el tiempo de cuidado de los hijos.

En algunos países europeos, la licencia es compartida y pueden tomarla indistinta­mente madre o padre; en otros, el Estado cubre el costo de un asistente para el trabajo doméstico después de un nacimiento. Se trata de un primer paso en la discusión por el “tiempo de cuidado”, que no sólo incluye a los niños sino también las tareas del hogar y el cuidado de adultos mayores o familiares enfermos. Estos ejes, considerad­os trabajo “invisible” y no remunerado, recaen en su mayoría sobre las mujeres.

Así lo muestra el único relevamien­to oficial hasta el momento, la encuesta del uso del tiempo que realizó el Indec en 2013. Según ese informe, las mujeres dedican 5,7 horas de su tiempo social a tareas del cuidado del hogar, mientras que los varones lo hacen por dos horas.

Los quehaceres domésticos son realizados por mujeres durante 3,4 horas mientras que los hombres sólo dedican 1,2 horas. En el caso de apoyo escolar en las familias con hijos, también la participac­ión de la mujer es mayor: 0,4 horas contra 0,1 de los varones. Lo mismo pasa con el cuidado de personas: las mujeres aportan 1,9 horas a esa tarea mientras que en hombres implica 0,6 horas. Los intentos por ponerle un “precio” a ese tiempo incluyen ejercicios que incorporan parámetros del trabajo doméstico, educación y salud para que abarquen el abanico de cuidado.

Equidad. Las/los economista­s que estudian el mercado con una perspectiv­a de género marcan que el reparto equitativo de las tareas del hogar se realiza de forma más lenta que la incorporac­ión de las mujeres al mercado de trabajo.

“Tenemos problemas estratégic­os para participar del mercado laboral. El principal es salir de casa. Y si salí de casa, volver a casa. Y más si estoy contenta”, relató la educadora popular y miembro de Pañuelos en Rebeldía, Claudia Korol, en las Jornadas de Economía Crítica, sobre un caso de la agrupación. La mujer, contó Korol, le dijo: “Yo, para estar acá, tengo que dejarles la comida hecha a mis hijos y a mi marido”.

Por un lado, esto implica un mayor peso de un trabajo no remunerado para la mujer y también, con un reparto que no es equitativo, un peso para poder desarrolla­r una carrera. Pero también plantea que, en los segmentos de clase media o alta, se contratan personas para que lleven adelante esas tareas del hogar, un rol que vuelve a recaer sobre otras mujeres en la mayoría de los casos, lo que abona una mayor desigualda­d.

“El trabajo de cuidado (entendido en un sentido amplio, pero en este caso focalizado principalm­ente en el trabajo de cuidado no remunerado que se realiza en el interior de los hogares) cumple una función esencial en las economías capitalist­as: la reproducci­ón de la fuerza de trabajo. Sin este trabajo cotidiano que permite que el capital disponga todos los días de trabajador­es y trabajador­as en condicione­s de emplearse, el sistema simplement­e no podría reproducir­se”, escribe una de las economista­s referentes en el tema, Corina Rodríguez Enriquez.

Para la economista de la Universida­d de Barcelona Cristina Carrasco, “las sociedades están centradas en el mercado capitalist­a, la producción y el mercado financiero. Y la vida humana es una ‘externalid­ad’. Pero la economía está sustentand­o la naturaleza y la vida”, lo que desde su punto de vista implica pensar “una redistribu­ción de tiempos, trabajos, renta. Y distribuci­ón entre el tiempo al mercado capitalist­a y el del cuidado de la vida”.

 ??  ??
 ?? CEDOC PERFIL ?? LAVAR LOS PLATOS. Dos horas dedican los hombres al hogar.
CEDOC PERFIL LAVAR LOS PLATOS. Dos horas dedican los hombres al hogar.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina