POR TODO(S)
Los imponderables en política son frecuentes, y no pocos alteran el curso de los sucesos. Pero los que se consideran omnipotentes creen que a ellos no les alcanzarán por sus extraordinarias condiciones. Los meteorólogos políticos no les pronosticaron el cambio de dirección de los vientos, que del cuadrante “K” pasaron al opuesto
“no K”. Por ello, los que expresaban el “vamos por todo” –es decir, los recursos del Estado para su enriquecimiento personal, las instituciones de la República, la libertad de prensa, la democracia, etc.– se terminaron; y ahora la Justicia –sin presiones de otro poder– los transformó en “vamos por todos”, lo que los empuja a purgar sus delitos en las cárceles del país. Ironía de la política. Que ese viento siga soplando de forma permanente para que no surjan nuevos delincuentes de guante blanco. La sociedad debe ser la que mantenga viva la llama de la no impunidad.