La NASA actualizó su plan para evitar el impacto de un asteroide
El programa ordena catalogar meteoritos peligrosos, analizar en qué zona de la Tierra caerían y técnicas para tratar de desviarlos.
Por orden del gobierno de Donald Trump, la NASA y la oficina federal de manejo de emergencias, acaban de publicar una actualización del plan que detalla las acciones que tomarán ambas agencias durante la próxima década para detectar, y tratar de evitar, el brutal –y mortal– impacto de un asteroide contra el planeta. Y, en caso de no poder hacerlo, preparar lo mejor posible, al país para mitigar las potenciales consecuencias de semejante catástrofe. El gobierno también elevó el presupuesto dedicado a estos temas y le asignó US$ 150 millones.
Si bien los expertos aclaran que un impacto catastrófico en los próximos años es una situación cuya ocurrencia tiene “bajas probabilidades”, también admiten que “si pasa tendría gravísimas consecuencias y requiere mucha preparación previa para intentar afrontarlas”.
Hasta ahora, los astrónomos tienen catalogados alrededor de 8 mil objetos astronómicos que miden más de 140 metros de diámetro y orbitan al Sol. Una roca de ese tamaño que impacte desde el espacio contra la superficie terrestre pulverizaría completamente todo lo que resida en una provincia del tamaño de Buenos Aires. Por supuesto, aunque sea menor, igual puede causar mucho daño. Basta con recordar que en 2013 una roca espacial golpeó la Tierra cerca de la ciudad de Chelyabisnk, en Rusia: tenía apenas 20 metros de diámetro pero se registraron más de 1.200 heridos por derrumbes y vidrios rotos en un radio de 90 kilómetros del sitio de impacto.
Para poder comenzar a cumplir esta indicación, la NASA diseño una misión suicida: la DART. La misma debería ser lanzada en el 2020 y buscará chocar contra un asteroide en 2022. Ese golpe se convertira en el primer ensayo real para probar si es posible desviar un asteroide de su curso de colisión.
Los astrónomos calculan que hay cerca de 300 mil objetos de más de 40 metros de diámetro en órbita alrededor del Sol. Y ese es un tamaño “clave” ya que las rocas espaciales que superan dicha medida son los que tienen más posibilidades de atravesar la atmósfera terrestre sin desintegrarse por completo debido a la temperatura alcanzada por el rozamiento durante el ingreso.
El flamante programa de prevención que puso a punto la NASA tiene varios capítulos. El primero es mejorar los instrumentos para detectar en forma prematura, la presencia de asteroides cuya