Leer no es un placer
“¿Por qué plagios? Porque – Hay demasiados libros – Se tarda mucho en leer o escribir un libro – El arte no es propiedad privada – Denotan el amor que se profesa al autor – Ofrecen una segunda oportunidad de leer un libro – Hacen innecesaria la lectura – No se prestan a interpretaciones psicológicas – No tienen fines utilitarios – Carecen de valor comercial – Son sencillos y absolutos – Son bonitos”. Ulises Carrión escribió esta lista-manifiesto en 1973, en todo caso, los años más imaginativos del artista mexicano, que es decir mucho. Ya que a mediados de esa misma década, en 1975, publica El arte nuevo de hacer libros y el folleto que va a definir una de sus empresas artísticas: Other Books and So. Una galería y librería donde estaban “los otros libros”. Los que definió como “nolibros, antilibros, pseudolibros, cuasilibros, libros concretos, libros visuales, libros conceptuales, libros estructurales, libros proyecto, libros declaración, libros instrucción”. Y lo demás, “and So”, eran, justamente, otras cosas: revistas, discos, postales, partituras. Es decir, cualquier cosa, menos libros, tal
princi-} como se los identifica a primera vista. Asimismo, pensó al arte correo, otra de sus prácticas estéticas, como el brazo armado de su guerrilla personal contra cualquier modo de anquilosamiento. Esa obsesión desclasificadora, que trata de hacer tambalear las estructuras y las instituciones, que promueve una libertad extrema en el hecho artístico, fue su manera de intervenir en el campo del arte conceptual. Primero en México, donde nació en
1941, y luego en Amsterdam, donde vivió desde pios de los años 70 hasta su muerte, a los 49 años. Su sentencia en el díptico Querido lector. No lea, condensa, con la perfección de su simpleza, el ataque más feroz al lugar común de la concepción burguesa sobre el libro.n