De la “pobreza cero” al “buen piloto de tormentas que evitó otro 2001”
El macrismo moderó sus expectativas: de prometer pobreza cero a jactarse de haber evitado otro 2001. A casi tres años de haber asumido, el Gobierno acomodó su relato al calor de la crisis económica, el desconcierto oficial y la falta de resultados concretos para exhibir. Ante ese panorama, el plan oficial es mostrar a Mauricio Macri como un piloto de tormentas. Y uno exitoso, por cierto, en el rumbo correcto.
“Sin Cambiemos en el Gobierno, esta tormenta hubiese destruido hasta el último cimiento de la Argentina como pasó hace 17 años”, afirmó Macri. Lo hizo ante unos 800 funcionarios y legisladores de Cambiemos, reunidos ante la adversidad en la Sala Sinfónica La Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner.
Así, el Presidente apostó por cierta autoindulgencia. En los primeros días de relativa estabilidad, tras una semana de aturdimiento y devaluación sin control, Macri planteó que el estallido social “no se dio porque hoy tenemos un gobierno con una convicción clara y que tiene un vínculo muy fuerte con el mundo”.
El derrumbe del peso, sumado al empeoramiento de las principales variables económicas, obligó a recalcular la ambición y el perfil del speech macrista. Sin embargo, los estrategas del oficialismo se resisten a que el argumento a la defensiva se convierta en eje de campaña el año próximo.
La reciente victoria de Pedro Dellarosa en la intendencia de Marcos Juárez, en Córdoba, donde Cambiemos estrenó originalmente su alianza de cara a 2015, fue ponderada como signo auspicioso. No solo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se fotografió junto al reelegido jefe comunal sino que el propio Macri aludió en una visita a la provincia de Córdoba el viernes que aquel resultado es una “confirmación del rumbo”.
En este sentido, son muchos los que prefieren un concepto más propositivo y no tan explicativo, tal como acostumbran los ideólogos del marketing PRO.
“Vamos a ir más con un mensaje de optimismo y convicción, pero a la vez con empatía, siendo comprensivos con los sectores más castigados”, opina un dirigente de la mesa que define el rumbo discursivo.
La imagen que sí reunió consenso cerca del Presidente es la del “piloto de tormentas” para definir a Macri. “Por ahí va andar”, confirma un asesor presidencial. Se trata de una metáfora climatológica (otra más) que destaca el supuesto mérito de Macri frente a las adversidades y a la vez omite responsabilidades propias.
“En estos momentos necesitás un buen piloto de tormentas, alguien que por ejemplo tenga una imagen internacio-
Muchos prefieren un concepto más propositivo y optimista para competir en 2019
nal que derive en una ayuda inédita para la Argentina”, opinó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
En el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), Frigerio machacó con esa figura. Aseguró que el aval internacional alcanzado “nos va a sacar de la necesidad de acceder al mercado financiero en los próximos casi dos años”, y juró que Macri es “el mejor piloto de tormentas”.
Esa vía retórica se complementó en los últimos días con la presentación de un Macri preocupado, al borde del sufrimiento personal. Pero en adelante habrá algo más. Con pronósticos económicos entre fríos y helados, el macrismo retomará el recurso que nunca abandonó del todo: polarizar con el kirchnerismo y el llamado populismo.