El Gobierno alienta el boom venezolano por ser ‘productivo’
Son jóvenes, profesionales y de clase media o alta. Desde 2015 vienen triplicando, en forma anual, el pedido de radicaciones. el Ejecutivo les otorga beneficios exclusivos.
Joven, profesional, de clase media o alta y en lo más elevado de su capacidad laboral. Tal es el perfil medio entre los venezolanos que encarnan el boom migratorio de los últimos años y que el gobierno nacional estimula cada vez más. Si bien hay un carácter humanitario que se desprende de la crisis socioeconómica que vive Venezuela, la decisión de apostar por esta inmigración en particular es también una apuesta demográfica por el potencial productivo que trae consigo este grupo.
“Pensamos la migración como un elemento que sume al progreso del país, una mirada seria de cómo sumar gente a un proyecto de país productivo y federal en vez de una concentración superlativa que no sirve como política de población”, le comentó a PERFIL Horacio García, cabeza de la Dirección Nacional de Migraciones. Con los venezolanos, “estamos logrando un sumarsumar que es bueno”, añadió.
Esta semana, el Gobierno anunció que flexibilizará los plazos burocráticos para entregar la documentación que depende del Estado venezolano. Certificados como el de antecedentes penales, que en los últimos tiempos puso a varios venezolanos al borde de la expulsión por la falta de respuesta desde Caracas, recibirán una moratoria. ¿Para todos? “Los casos se van a analizar uno a uno. Si viene una persona con un título y dice que es abogado pero habla como un tornero, vos te das cuenta. Entonces sabés si hay que darle una mayor ventaja a la hora de presentar la documentación”, explicó García. Aunque existen países con parálisis administrativas similares o peores a la de Venezuela, no califican para esta flexibilización.
Llegar hasta Argentina desde allí implica atravesar una primera barrera geográfica. Si bien es cierto que no faltan quienes emprenden la travesía en micro, lo común es hacerlo por aire, lo que implica un elevado costo al bolsillo en medio de una hiperinflación del 2.600% en 2017. Desde el cierre de la ruta Caracas-Buenos Aires de Aerolíneas Argentinas, y la partida de otras empresas, la única opción es Copa Airlines, un vuelo de entre 11 y 24 horas –según el tiempo de conexión en Panamá– en el cual el pasaje más económico no baja de los mil dólares. Hoy un salario mínimo en Venezuela ronda los 4 dólares.
La distancia constituye un segundo motivo de desaliento para que los mayores se aventuren al desarraigo. De ahí que los venezolanos que arriban a la Argentina suelen ser de una clase media o alta, profesionales en su mayoría o con estudios universitarios. No es raro toparse en un bar porteño con una odontóloga venezolana trabajando de moza o cruzarse en el subte con un licenciado en informática tocando la guitarra.
Para insertarlos, el Ministerio de Educación de la Nación ha establecido un procedimiento unificado para la convalidación de títulos que omite la validación mediante una universidad nacional. Asimismo, son exceptuados del requisito de legalización que deben seguir todos los estudiantes extranjeros para continuar sus estudios en Argentina. Otro beneficio a medida de esta población migratoria que exceptúa el hecho de que ambos países no posee convenio bilateral en materia de legalizaciones.
Argentina no es ajena al boom de la inmigración venezolana a nivel global. Figura como segundo destino a nivel latinoamericano, con 57.127 registrados el año pasado, apenas el 10% de los que figuran en Colombia, y sin contabilizar los que cruzan de forma irregular. a