Argentino en Netflix.
Tiene 39 años y pasó de hacer música en londres a trabajar para la televisión inglesa. ahora vive en los Angeles y dirige series para Netflix. “Para hacer un capítulo rodamos unos diez días”, explicó a PERFIL.
Se llama Alex García, tiene 39 años y es el director preferido de las series.
A fines de 2018, Netflix tendrá más de 700 programas de producción propia. El proceso que se inició en 2013 con House of Cards y Orange is the New Black hoy alcanza su apogeo. Varias de esas producciones cuentan con la participación de Alex García López detrás de cámara. “Perdón si tiro palabras en inglés pero me fui hace 27 años de Argentina y a veces se me patina el español”, dice a PERFIL entre risas.
—¿Por qué te fuiste del país?
—Tenía 12 o 13 años y mi papá consiguió trabajo en Washington. Decidió tomarlo y se llevó a toda la familia. Mis cinco hermanos y hermanas, mi vieja y yo. Agarramos las valijas y nos fuimos sin hablar una palabra de inglés. Era 1991 y no existía internet ni nada parecido así que fue una mudanza bastante shockeante.
—¿Cómo fueron esos años?
—Hice la secundaria y después me fui a Boston donde estudié lo que fue mi primera pasión, música. Luego de eso tenía tres alternativas en Estados Unidos: ir a Nueva York, Miami o Los Angeles. Ninguna me llamaba la atención y me gustaba mucho la música que estaba surgiendo en Londres, así me fui para allá. Terminé mi carrera y me quedé. Durante mis twenties, trabajé y viví de la música.
—¿Y cómo pasaste a dirigir series?
—Cuando llegué a los 30 sentí que no me gustaba más lo que hacía. Estaba frustrado y, de la nada, aunque siempre me gustó el cine y la televisión, empecé a agarrar una cámara y a filmar cortometrajes. Estaba aburrido de mi trabajo de lunes a viernes y lo hacía los fines de semana. No sabía nada de lo que estaba haciendo, pero me divertía con unos amigos que también estaban pasando por una etapa de crisis en sus vidas.
Uno de los cortos, llamado La historia de Diego, fue seleccionado para representar a Inglaterra en varios festivales europeos. Luego el Canal 4 de Londres eligió a Alex, junto a otros seis directores, para filmar un cortometraje que se exhibió en cine y que vieron ejecutivos de la industria. “Ahí se abrieron las puertas y filmé cuatro capítulos del show Secret Diary of a Call Girl”, cuenta a PERFIL.
—Fue todo muy rápido. En dos o tres años pasé de hacer cortometrajes con mis amigos en mi casa comiendo sándwiches de miga a estar filmando series. Creo que hay algo bueno en el no saber qué estas haciendo. Al no haber estudiado cine me metí ahí y seguí mi instinto. Obviamente a veces la pegaba y a veces me equivocaba, pero aprendí”.
—¿Cómo llegaste a Netflix?
—En Inglaterra primero filmé capítulos de las series Misfits y Utopía. Después hice una miniserie para Netflix que se llama Residue. Fue el momento en que Netflix empezó a mostrar sus dientes. Ahí se inició mi colaboración y contacto con ellos.
—¿Por qué te fuiste a Hollywood?
—Con mi mujer teníamos ganas de variar un poco la vida. Llevaba 16 años en Londres y queríamos cambiar un poco de aire y rutina. Decidimos venir a Los Angeles porque es la meca de la televisión y el cine.
—¿Fue fácil el cambio?
—Cuando llegué tardó un poco. No es que tuve que empezar de cero, pero hubo una pequeña barrera. Aunque tengas muchos créditos europeos te miran con desconfianza porque nunca hiciste televisión norteamericana. Les da un poco de miedo. Estamos hablando de que hoy los shows cuentan con presupuestos de 4 o 5 millones de dólares por capítulo. Les cuesta darte las llaves del auto (risas).
—¿Y qué pasó?
—La serie Fear The Walking Dead estaba en su tercera temporada. Conocí a los productores y justo hacían un episodio en español. Querían un director latino o norteamericano que hablara español. De repente estaba ahí, les mostré mis ideas, filmé, y esa fue la gran puerta que se abrió acá. Después de eso me metí mucho con Netflix y todo lo que vengo haciendo este último año y medio. A veces las estrellas se alinean.
—Trabajas mucho para la alianza Netflix-Marvel…
—Sí. Hice para Marvel el segundo y octavo capítulo de un show que se llama Cloak and Dagger. Les gustó y ahí fue que me empezaron a ofrecer un montón de trabajo. Hice la final de Luke Cage, dos episodios de Daredevil y The
Punisher. Marvel me agarró y me tuvo un año entero filmando en Nueva York.
—¿Te da miedo verte en ese lugar?
—En el día a día no lo pensás porque creo que si lo pensás mucho tal vez te volvés un poco loco. Hay momentos en que parás y decís “no puedo creer estar filmando en el puente de Brooklyn, a punto de tirar un taxi al Río Hudson, cortando la calle con un equipo de 150 personas y todo tipo de grúas. Esto es una locura”. Pero en el día a día tenés la cabeza en el proyecto. Son días largos, de 14 o 15 horas, y hay tanto para hacer que no parás. Es un caos hermoso la filmación.
—¿Cómo son esas megaempresas?
—Como director les tirás ideas locas y grandes y ellos dicen sí. Obviamente por temas de presupuesto, aunque son muy grandes, hay límites. A veces te dicen que es A o B, pero más que nada estas compañías te apoyan y ayudan para hacer cosas fantásticas. El mes pasado filmé un capítulo de lo que es la remake de Sabrina, la bruja adolescente. Fui a Vancouver por casi un mes y medio. Fue una experiencia muy linda y difícil como siempre. Los presupuestos siguen subiendo pero la demanda para la calidad también. Básicamente lo que se pide es que cada episodio sea una minipelícula y tenés 10 u 11 días para filmarlo. Es difícil pero lindo.
—¿Qué opinas de Netflix?
—Desde el punto de vista de oportunidades y trabajo es un lujo. Lo que empezó Netflix y ahora muchos han copiado como Amazon, Hulu y hasta Apple, abrió una cantidad de puertas y de demanda que es hermoso. Lo que hicieron es darse cuenta de que los territorios como Latinoamérica, Europa, Asia y Africa tienen demanda no solo de contenido norteamericano sino también por su propio contenido y que además se pueden exportar como lo hicieron con Narcos, en Colombia; 3%, en Brasil; Dark, en Alemania. Es fascinante.
—¿Qué pasa en Hollywood con los argentinos?
—Lo que noto es que están muy interesados en escuchar tu voz. Saben que a par tir de Netflix cambió la idea de shows exitosos a nivel internacional y ven a la audiencia latina con mucho interés. Cuando tenés reuniones con ejecutivos de los estudios y saben que sos argentino son muy positivos y quieren escucharte.
—¿Querés filmar en el país?
—No puedo decir mucho, pero en este momento estoy desarrollando dos shows de televisión que están basados en Argentina y son multiculturales. Y estoy muy entusiasmado porque nunca filmé en Argentina.