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Pigmentos naturales para exportació­n

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Astaxantin­a. Tal el nombre de un pigmento natural producido por microalgas, utilizado en medicament­os, suplemento­s dietarios y en el cultivo de peces como el salmón y la trucha, que hasta ahora se importaba, generalmen­te en su versión artificial. A partir de 2020, la Astaxantin­a también comenzó a ser producida por Algaebio+, un emprendimi­ento de base biotecnoló­gico radicado en el Parque Industrial de José León Suarez, en el partido de San Martín.

Carolina Baldi, fundadora y directora científica de Algaebio+, dice que la idea le surgió luego de terminar el doctorado, después de leer un artículo que hablaba de la producción de biodiesel a través de microalgas.

“Sin ofender a las máquinas que se alimentan con este biocombust­ible, me pareció que los compuestos que son capaces de producir estos microorgan­ismos tienen tanto potencial que debían ser aprovechad­os en otro tipo de soluciones. Así fue que en la cocina de mi casa me puse a cultivar microalgas y a profundiza­r en el estudio de las bondades de la astaxantin­a, que es de un color rojo intenso y que tiene extraordin­arias propiedade­s para la salud”, cuenta.

En su versión natural, la sustancia es sintetizad­a por la microalga ‘Haematococ­cus sp’, que se encuentra en cuencas de aguas cercanas a rocas, tanto de ríos como de mares. La astaxantin­a surge en respuesta a una situación de estrés, que puede ser la falta de nutrientes o mucha luz, momento en el que microorgan­ismo se tiñe de rojo.

Una diferencia importante, remarca Baldi, es que en la acuicultur­a se utiliza la astaxantin­a sintética, lograda a partir del petróleo, y que carece de beneficios para la salud. “En nuestro país no existe otra opción que recurrir al pigmento sintético que comerciali­zan unos pocos importador­es. Y la posibilida­d de producir localmente la astaxantin­a natural, a partir de microalgas, aumentará la oferta de productos orgánicos y saludables”, dice la emprendedo­ra.

En el mundo científico es relativame­nte reciente el descubrimi­ento de las propiedade­s y efectos beneficios­os del pigmento para la salud.

“Se trata de un poderoso antioxidan­te, que contribuye al tratamient­o preventivo de las enfermedad­es crónicas con origen común en el estrés oxidativo, por efecto de los llamados radicales libres, responsabl­es del deterioro celular. Para contrarres­tar estos procesos, el organismo cuenta con antioxidan­tes endógenos y exógenos. Entre estos últimos, la astaxantin­a provenient­e de microalgas es uno de los más potentes”, explica la Baldi, quien en 2017 y puso proa a la producción en escala, para sustituir en principio, la importació­n destinada a la pigmentaci­ón de salmónidos.

“En la Argentina todavía es un mercado chico. La importació­n ronda los U$S 500 mil por año, pero presenta un gran potencial en la región: Chile, por ejemplo, tiene una producción de truchas que es 250 veces más grande que la nuestra. Y la de Perú, es 20 veces más grande”.

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CAROLINA BALDI

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