Mauro desplegará su arte en Canadá
Tiene 17 años pero su talento lo catapultó al exterior. Ahora buscará crecer en tierras canadienses.
Mauro Calcagno toma impulso, acomoda las cuchillas y salta. Permanece algunos segundos en el aire, parece posar para el fotógrafo y vuelve a caer sobre una capa de hielo. Está en su ambiente natural. Allí donde la temperatura está siempre bajo cero encontró el cobijo que necesitaba para desplegar su lado artístico.
Con tan sólo 17 años está en un momento inmejorable. Sus performances en torneos internacionales llamaron la atención de un entrenador que lo invitó a formar parte de un equipo juvenil en Canadá, y así poder desarrollar todo su potencial.
Llegó casi por casualidad a la pista de patinaje. A los 10 años le recomendaron que elijiera una disciplina deportiva. “Siempre estuve pegado a la música y el arte”, reconoce.
Hoy la situación es diferente. Todos los días antes de ir a la escuela, mientras sus compañeros duermen, Mauro llega hasta la pista del Puerto San Carlos para seguir creciendo. Una nutricionista y un entrenador personal complementan su entrenamiento.
“Lo artístico lo tengo en la sangre”, dice sin dejar de reconocer que tiene que mejorar sus elementos, secuencias de pasos y piruetas, para hacer crecer su puntaje. La falta de espacio físico para entrenar terminó por condicionarlo pero promete recuperar el tiempo perdido.
La llegada a otros países con pistas de hielo preparadas hizo que, en oportunidades, Mauro enfrentara crisis internas que, por un instante, lo hicieron dudas acerca de sus capacidades. “Llegamos muy lejos con lo que tenemos. Nadie apostaba ni un peso por este proyecto”, asegura con firmeza sobre el reconocimiento que le llegó desde otro punto del Globo.
El objetivo ya se fijó. Terminará el año en Bariloche, empacará algunas cosas y partirá rumbo a Canadá. “Tenía claro que me quería ir del país”, reconoce sobre la posibilidad de crecer como patinador en otro lugar. Su pasión lo moviliza, pero el entorno lo acompaña: “Tengo un equipo excelente, mi familia y mis amigos son increíbles, siempre me empujaron a más”.
“El patinaje es mi pasión, es lo que hago, disfruto y soy feliz. Esto es un estilo de vida y me traslada el sentido de compromiso a todas partes”. Mauro tiene claro que su futuro deportivo está en otro país.
Mauro hizo historia en Noruega y el Comité Olímpico Internacional le guardó un lugar en su museo.