Fórmulas para reducir la sal en las comidas
YA SEA PORQUE TE LO INDICO EL MEDICO O PORQUE HAS DECIDIDO CUIDAR TU SALUD, REDUCIR EL CONSUMO DE SAL ES UN HABITO DIFICIL DE ERRADICAR. LA LENGUA TARDA UN MES EN ACOSTUMBRARSE, PERO LUEGO SE ADAPTA FACILMENTE A LOS NUEVOS SABORES.
Si te han diagnosticado hipertensión, el primer consejo del médico será reducir el consumo de sal, una tarea difícil si estás acostumbrado a su sabor. Sin embargo, disminuyendo gradualmente la sal en las comidas, la avidez por ella también declinará. La lengua tarda alrededor de un mes en acostumbrarse a la reciente sensación. Por lo tanto, la perseverancia es el primer ingrediente a incorporar en toda dieta hiposódica.
Cuando hablamos de los sabores, es necesario tener en claro dos acciones que deberemos cumplir:
•Tratar de conservar y si es posible re saltar, los sabores propios que tienen los alimentos, sobre todo si estos son agradables.
•Tratar de sabor izar aquellos alimentos muy insípidos, con condimentos que no tengan sodio.
HAY QUE LEER LAS ETIQUETAS
En el caso de los alimentos industriales, es importante conocer su composición. De allí que la táctica consista en leer las etiquetas. La sal se expresa generalmente en mg por 100 gramos del producto y suele consignarse con otros nombres:
• SODIO
• GLUTAMATO MONOSODICO
• BICARBONATO DE SODIO
• CITRATO DE SODIO
• FOSFATO DISODICO
• NITRATO DE SODIO
• POLVOS PARA HORNEAR
Ante todo, el criterio es comparar ya que existen relevantes diferencias entre las marcas. Por ejemplo, hay tomates en lata que tienen 16 mg. de sodio mientras otros superan los 400 mg. cada 100 gramos, ya sean peritas o salsas.
Si un alimento no aclara su contenido de sodio es preferible obviarlo, como se debe prescindir también de los productos de copetín, caldos y saborizantes en polvo o cubito, embutidos, aderezos tipo salsa de soja, mayonesa, salsa golf. En cuanto al agua mineral, preferí siempre aquella con bajo contenido de sodio.
Tené en cuenta siempre el lenguaje de las etiquetas:
• Libre de sodio: menos de 5 mg de sodio por porción.
•Muy pocos odio:35mgo menos por porción.
Pocos odio:140mgo menos por porción.
•Sin sal: preparado sin añadir sal, pero posee la que contienen los alimentos naturalmente.
UNA ESTRATEGIA PERSONALIZADA
Para lograr un auténtico cambio de hábito en su régimen, resulta primordial que admita cuáles son sus dificultades particulares (por ejemplo, almorzar en el trabajo, desagrado por la ensalada sin sal, incontrolable tentación por las picadas). Y a partir de esa lista, es necesario adoptar un método que te permita superar los inconvenientes. Algunos consejos:
•En un día con apuro: si te organizaste bien, vas a poder descongelar algo casero sin caer en la facilidad de los alimentos precocidos, ricos en sodio.
•Si comés en la oficina: lo ideales traer una colación de casa o conseguir una rotisería donde no utilicen sal en la preparación y esquivar las comidas rápidas (pizzas, empanadas y hamburguesas).
•En el restaurante: elijíd el menú lo más simple, es el caso de las carnes, aves o pescados a la parrilla, acompañados con ensaladas o vegetales sin condimentar, habrá tiempo para que le añada aceite y vinagre.
•Para las colaciones: p re veé algún aperitivo
saludable como, por ejemplo, un vaso de leche, cereales, frutas, nueces, etc., que deben estar disponibles para no comer galletas o el clásico sándwich “al pasar”.