El Museo Ocampo, renovado
La sala de exposiciones que el pintor Miguel Ocampo (19222015) creó en 2007 para la comunidad de La Cumbre reabrió a mediados de enero convertido en un museo que lleva su nombre. La asesoría curatorial de María José Herrera introdujo a la colección de pinturas, anexo de su atelier, un programa museográfico reformulado, con fotografías y textos que introducen en la temática y la interpretación de sus obras.
La inauguración coincide con dos hechos precisos: el centenario del natalicio del artista, que se celebrará en 2022, y la flamante declaración de “Poblado Histórico Nacional” a La Cumbre, paraje nacido en 1585, que Ocampo eligió para instalarse en la década de 1980, después de una carrera como agregado cultural en Roma, París y Nueva York.
La exposición inaugural, Intuiciones, sobre una idea de su hija Laura Ocampo y curaduría de Herrera, se propone mostrar en piezas inéditas el recorrido de la imagen de Ocampo, de colores puros y atmósferas reconocibles en sus influencias, entre los años 60 y la actualidad. No se trata de una exposición cronológica. Luego de su estadía en el edificio minimalista de la calle José Hernández 630, va a itinerar por distintas ciudades provinciales para terminar en Buenos Aires.
También arquitecto, Ocampo participó en los grupos de vanguardia de comienzos de los 50, después de una estancia de formación en París, y representó a la Argentina en las Bienales de San Pablo y Venecia. Fue además uno de los consultores principales para la construcción del edificio, que conjuga arte y naturaleza a través de su jardín exterior, y tradiciones tan disímiles como la Bauhaus y las edificaciones jesuíticas.