VOGUE Latinoamerica

La casa tectónica

La diseñadora Carla Fernández, y el artista y arquitecto Pedro Reyes, son los creadores de una residencia marcada por el ingenio y la herencia cultural

- Fotografía Fernanda Roel Texto José Luis Ávila

La belleza abunda en la residencia de los creadores Pedro Reyes y Carla Fernández

Artistas, esposos, socios creativos y activistas de las mejores causas, Carla Fernández y Pedro Reyes conforman una dupla excepciona­l en la escena contemporá­nea mexicana e internacio­nal, y desde hace dos años habitan una casa tan singular e ingeniosa como ellos. Tras vivir buena parte de su unión en la colonia Roma de la Ciudad de México, adquiriero­n en 2014 una casa en Coyoacán que lucía como un diamante en bruto lleno de posibilida­des. “Era horrible cuando llegamos. Tenía lambrines de madera, alfombras, un tigre disecado… Pero si tienes el ojo para ver el potencial de las cosas, te la quedas. Ha sido muy divertido el proceso de remodelarl­a a nuestro gusto”, comenta Carla sobre el lugar, un espacio vivo que aún sigue transformá­ndose. El proyecto ha implicado un gran diálogo entre ambos, dos amantes de la pureza de las formas, las texturas, la geometría de Luis Barragán y “lo barroco” de arquitecto­s como Juan O’gorman. De hecho, la composició­n estética de la casa mezcla una visión brutalista con otra más romántica. Las líneas del gran salón se asemejan al hall de entrada del Museo Tamayo de Teodoro González de León. Hay en toda la casa un brutalismo muy mexicano. “Este espacio que es la sala-biblioteca antes era una piscina interior con una pérgola de concreto. La convertimo­s en una cisterna, y encima construimo­s una pirámide, junto al muro de seis metros de altura y 25 de ancho en el que instalamos la biblioteca. Tengo el hábito de comprar un promedio de 100 libros a la semana así que todo el tiempo estoy agregando más y más repisas. El peso de la pared es tal que cumple un rol estructura­l”, expresa Pedro, quien invierte dos horas diarias en clasificar y consultar sus libros, a los que considera su principal fuente de trabajo.

El piso de la propiedad, un enorme mosaico de piedra pizarra, fue una inspiració­n del Museo Anahuacall­i de Diego Rivera. “La gente me dice que está lindísimo mi piso de los años 60, y me río porque se hizo en 2015”, confiesa Carla. “Este es un lugar muy tectónico, muy pétreo”, confirma Pedro. La proximidad con El Pedregal influyó en la selección de las flores del patio interno, cuyo paisajismo fue hecho en su mayoría con flora local. Asimismo, el gris es el tono dominante de los espacios. “Es un color formidable porque te permite jugar mucho con otros matices. Lo que le pongas enfrente le va a quedar bien”, dice Carla que estos últimos meses ha podido hacerse con piezas únicas para la casa. “Tengo unas ollas hechas por una artesana alfarera que representó a Paraguay en Documenta, cerámica

de Oaxaca, platones de Perú y una colección de barro negro… Amo los enseres de la cocina y los textiles que hay en la casa”, expresa Fernández sobre los objetos más especiales de la propiedad, que incluye una peculiar colección de escobas de distintas partes del mundo. “Solemos hacer una o dos grandes fiestas al año, y recibimos a mucha gente que viene a conocer la obra de Pedro: yo también hago algunas pop up de mi marca, pero la casa es un espacio privado y de trabajo”, añade Carla.

La sala ostenta un mobiliario como sillas de origen precolombi­no diseñadas por Claudia Fernández y otras creadas por el propio Pedro, pero la estructura protagónic­a del lugar es la pirámide ubicada en los límites de la vivienda. “Es un edificio dentro de un espacio interior que crea una pequeña plaza. Fue el área que Carla me pidió para instalar su oficina y hospedar a los artesanos que trabajan con nosotros, pero a este ritmo no sé cuál será su futuro porque no sé dónde voy a poner más libros”, comenta Pedro. Sus hijos también tienen un espacio dentro del universo de sus dos afano- sos padres, inclusive saben hacer mezcla de cemento y algunos muebles. Entretanto, el arte pulula por todo el lugar. Poesía en libros de artista o viniles, una colección de carteles de protesta, otra con motivos marxistas, se acompañan de ediciones de geometrism­o latinoamer­icano y obras de Julio Le Parc, Christo, Lichtenste­in, entre otros. Este mes de febrero ambos están de estreno. Carla presentará su último libro El manifiesto de la moda en resistenci­a en Zsona Maco, y Pedro inaugura en Labor una muestra con litófonos, instrument­os musicales hechos en piedras. Como ven, sus carreras siguen tan vivas y prolíficas como la casa que los habita. �

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ARRIBA: SILLA DE PEDRO REYES Y PIRÁMIDE EN LOS INTERIORES DE LA CASA; ABAJO: JARDÍN SEMBRADO CON FLORA PROPIA DE LA ZONA.
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 ??  ?? IZQUIERDA: CARLA FERNÁNDEZ POSA FRENTE A LA COLECCIÓN DE CARTELES UBICADOS EN LA RECÁMARA DE LA PAREJA.
IZQUIERDA: CARLA FERNÁNDEZ POSA FRENTE A LA COLECCIÓN DE CARTELES UBICADOS EN LA RECÁMARA DE LA PAREJA.
 ??  ?? ARRIBA: DOS SILLAS TRÍPODE DISEÑADAS POR PEDRO REYES; DCHA.: CARTEL Y ESCULTURA QUE DECORAN EL COMEDOR DE LA RESIDENCIA.
ARRIBA: DOS SILLAS TRÍPODE DISEÑADAS POR PEDRO REYES; DCHA.: CARTEL Y ESCULTURA QUE DECORAN EL COMEDOR DE LA RESIDENCIA.
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 ??  ?? IZDA.: LA COCINA REMODELADA CON MATERIALES NEUTROS COMO EL CONCRETO Y LA PIEDRA; ABAJO: LA TINA DEL BAÑO PRINCIPAL.
IZDA.: LA COCINA REMODELADA CON MATERIALES NEUTROS COMO EL CONCRETO Y LA PIEDRA; ABAJO: LA TINA DEL BAÑO PRINCIPAL.
 ??  ?? ABAJO: CARLA FERNÁNDEZ CONFIESA QUE EL PATIO INTERINO ES UNO DE SUS RINCONES FAVORITOS DENTRO DE LA CASA.
ABAJO: CARLA FERNÁNDEZ CONFIESA QUE EL PATIO INTERINO ES UNO DE SUS RINCONES FAVORITOS DENTRO DE LA CASA.
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 ??  ?? ABAJO: LA PAREJA POSA EN LA PIRÁMIDE DE LA CASA, UN ESPACIO DISEÑADO POR PEDRO ESPECIALME­NTE PARA CARLA.
ABAJO: LA PAREJA POSA EN LA PIRÁMIDE DE LA CASA, UN ESPACIO DISEÑADO POR PEDRO ESPECIALME­NTE PARA CARLA.

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